Los problemas de movilidad al interior de las ciudades generan la congestión de las vías y la contaminación del aire, sin dejar de lado los numerosos impactos sociales que se producen. Pero ¿cómo incide en el comercio y las decisiones de compra?
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El cierre de vías, cuando se ejecuta una obra civil, afecta no solo a los usuarios y al transporte privado, sino también a conductores y comerciantes. Según la firma Inrix, que ha realizado estudios sobre el impacto y la congestión a causa de los “trancones” en 38 países y 1.360 ciudades, un ciudadano colombiano pasa en promedio 49 horas “atascado” al año. Esto hace que Colombia ocupe el tercer lugar en el ranking de los países con mayor tráfico vehicular y congestiones en el mundo, solo superado por Tailandia e Indonesia. Lea: ¿Cómo va la Ejecución de las Vías 4G?
En el estudio, se informa que Bogotá es la sexta ciudad con mayor tráfico, perdiendo los ciudadanos aproximadamente 75 horas en “trancones” vehiculares al año. Este número es considerable, ya que el estudio analizó ciudades en todo el mundo, resultando superior incluso al promedio de las demás urbes colombinas. Así mismo, el promedio de Medellín se ubica en 57 horas, el de Bucaramanga en 50 y el de Cali en 49. De estas, la capital de Antioquia es la ciudad número 18 en el mundo.
Además, el comercio resulta afectado por la movilidad cuando se requiere de nuevos desplazamientos de las personas, del transporte público o la habilitación de nuevas vías por la entrada en operación de los planes de desarrollo urbano, lo cual incide negativamente en las ventas diarias, ocasionando que los comerciantes tengan que moverse y crear nuevas plazas en zonas urbanas de mayor afluencia, lo que afecta la movilización y condiciones de acceso. Articulo relacionado: ¿Es el Momento del Comercio Internacional?, ¿Cuál es la Coyuntura Actual y sus Retos?
Por su parte, los niveles de saturación del trafico vehicular y de personas contribuyen a que el comercio pierda atractivo. Por esta razón, el aumento de los automóviles particulares no garantiza una mayor actividad comercial en las ciudades.
En definitiva, optar por favorecer a los peatones y los ciclistas, así como a los usuarios de transporte público, dinamiza el comercio, ayudando a los pequeños comerciantes y tenderos. Cuanto menos se usen los carros, más se favorece el comercio de los barrios.
Esta situación se debe a que las alternativas de movilidad no motorizada permiten un acceso fácil y directo a los centros de comercio, así como un desplazamiento ágil de un lugar a otro.
Es fundamental para un mejor funcionamiento del comercio nacional reducir los tiempos y pautas de desplazamiento, depender menos del transporte privado e incentivar la economía local.
