El indicador económico por excelencia para medir el desempeño de los países es su PIB. Si este se expande, es sinónimo que las empresas están
creciendo, demandan más recursos, incrementan el empleo y la inversión.
Antes del 2000, salvó lo que ocurrió en Colombia en 1999 con el colapso del sistema UPAC, el mundo enfrentó crisis económicas, pero nunca decreció en 40 años; mientras que, en los últimos 20 años, enfrentó marcadas caídas en 2009 y en 2020. Venimos presenciando décadas pérdidas económicas (¿Por Qué la Quiebra Reciente de Bancos Internacionales No es Sinónimo de una Crisis como la del 2008?).
El Banco Mundial advirtió que la tasa máxima a la que puede crecer la economía global sin causar inflación se ubicará cerca del 2,2% entre 2022 y
2030, de modo que “se podría estar gestando una década perdida para la economía global” (Crisis de Deuda Aumenta Riesgo de Recesión).
No obstante, si los gobiernos emprenden políticas para fomentar el trabajo, la productividad y la inversión, el crecimiento potencial puede llegar hasta el 2,9%.
En el caso de Colombia, el crecimiento económico de 2022 cerró en 7,5%, cifra que fue menor a la prevista por la mayoría de los analistas y que da indicios del comienzo de la desaceleración y del retorno a una senda de crecimiento sostenible en el largo plazo (Informes sectoriales).
En efecto, las proyecciones para 2023 y 2024 también se han corregido a la baja y la economía colombiana crecería menos que la región en 2023.
También te puede interesar:
¡Prepara tu empresa para el futuro! – ODA
Confianza Sectorial a diciembre se ubicó en 26,0 puntos en enero de 2024