Las políticas económicas expansivas propuestas por el actual gobierno han presentado buenos resultados. Sin embargo, su impacto al mediano y largo plazo pueden generar un nivel de riesgo alarmante para la economía nacional.
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Autor: Burcin Tuncer
Los diferentes planes de impulso a la economía, planteados por el actual gobierno en sus dos periodos presidenciales, han cumplido su objetivo: evitar una mayor desaceleración económica del país ante una coyuntura mundial complicada y con presiones negativas. No obstante, el sacrificio ha sido amplio, el gasto público ha incrementado, especialmente en construcción de obras civiles e inmobiliarias, “locomotoras” de la economía nacional, las cuales lideran el plan de políticas expansionista en el país.
Estos planes de choque keynesiano funcionaron, dinamizaron la economía y lograron resultados importantes, como el crecimiento económico por encima de la mayoría de países de la región latinoamericana. Adicionalmente, esto fue acompañado por un impulso al consumo en pro de la disminución de la brecha social, en especial la adquisición de vivienda. La compra de casa, tanto nueva como usada, fue fomentada a través de entidades financieras por medio de la disminución de requisitos de crédito y el subsidio de la tasa de interés del préstamo hipotecario durante gran parte del periodo de pago, lo que ha conducido a un incremento sustancial de la cartera del sector.
Ante estos incentivos el mercado de vivienda se ha comportado de la forma esperada, tanto oferta como demanda han aumentado ampliamente, llevando a plantear supuestos de mercado referentes a burbujas inmobiliarias en las diferentes ciudades del país (¿Situación Inmobiliaria en Colombia se Parece a la Burbuja Inmobiliaria de España?). Los índices de costos de construcción y de precios de vivienda nueva se incrementaron en un 5,25% y 6,89% anual, respectivamente, exhibiendo parte importante del comportamiento del mercado.
Por otro lado, el aumento en la demanda de vivienda se ve incentivado por las facilidades ofrecidas por las entidades bancarias para adquisición de créditos hipotecarios. Entre 2013 y 2015, el total de créditos en el mercado bajo este concepto incrementaron 9,4%, principalmente en la región central del país, en la cual el porcentaje alcanzó 8,7%. Al analizar el tipo de vivienda adquirida bajo crédito de vivienda, se observa un crecimiento del 6,5% en viviendas de interés social (VIS) y del 12,1% en no VIS, durante el mismo lapso.
Gráfico: Construcción Propia Datos: Departamento Administrativo Nacional de Estadística
El incremento presentado en la cantidad de créditos otorgados bajo dicho concepto inyecta cierto nivel de riesgo al mercado financiero y de vivienda, el cual está ligado al comportamiento de la cartera vencida y la probabilidad de impago generada. Durante el último año, el número de créditos de vivienda con una cartera vencida entre 5 y 12 cuotas aumentó 13,4%, mientras que el total de préstamos al día incrementó 5,8%.
La cantidad de préstamos adjudicados para la compra de vivienda es una cifra histórica, con una tendencia al alza incentivada por los múltiples subsidios ofertados por el gobierno nacional para su adquisición. Sin embargo, la problemática y la duda generada en torno al futuro impago también crece. En promedio, el gobierno nacional subsidiará la tasa de interés de los créditos para compra de vivienda VIS durante 7 años, mientras que, por lo general, un préstamo bajo dicho concepto toma un periodo de pago de 15 años, es decir, el beneficiario asumirá el total del crédito durante 8 años.
Es importante resaltar que, bajo la política de reducción de brecha social, el subsidio de crédito hipotecario para vivienda VIS es dirigido a una población económicamente de clase baja y parte de la clase media. Por ello, y ante la coyuntura económica actual del país y las perspectivas negativas que se poseen, es factible que se incremente el nivel de riesgo del sistema, pues el clima económico no ofrece estabilidad en la dinamización de la economía y menos en el mercado laboral.
En conclusión, parte de las políticas económicas expansivas llevadas a cabo actualmente por el gobierno nacional, especialmente las relacionadas al sector inmobiliario y financiero, están generando un incremento en el riesgo de mercado colombiano, por lo cual es necesario activar alarmas en pro de evitar un declive económico futuro.
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