Durante la administración de Bill Clinton (1993 – 2001), Estados Unidos disfrutó de niveles de paz sin precedentes y uno de los mejores desempeños económicos de su historia. Clinton fue el primer presidente demócrata desde Franklin D. Roosevelt en ganar un segundo término presidencial. Su gestión se destacó por una serie de logros económicos y sociales:
- Desempleo: La tasa de desempleo alcanzó su nivel más bajo en décadas.
- Inflación: Se registró la inflación más baja en treinta años.
- Propiedad de Vivienda: El nivel de propietarios de vivienda alcanzó un récord histórico.
- Criminalidad: Los índices de criminalidad disminuyeron significativamente.
- Bienestar: Se incrementaron los niveles de bienestar general.
Gracias a estos logros, Bill Clinton goza de un alto nivel de popularidad en Estados Unidos. Muchos ciudadanos recuerdan con nostalgia los años de prosperidad durante su presidencia. Sin embargo, es importante analizar si este crecimiento económico se logró a costa de desregulaciones financieras que eventualmente contribuyeron a la crisis financiera de 2008.
La Ley Glass-Steagall y la Desregulación Financiera
Tras la Gran Depresión de 1930, los líderes de la época crearon la Ley Glass-Steagall, diseñada para controlar la especulación financiera. Esta ley separaba las actividades de los bancos comerciales, los seguros y la banca de inversión, desconcentrando así el riesgo financiero.
Durante la década de 1990, entidades como Fannie Mae y Freddie Mac utilizaron su poder político y financiero en Washington para expandir sus carteras de vivienda con respaldo gubernamental. En 1995, Bill Clinton declaró que incrementar el número de propietarios de viviendas fortalecería la economía. Bajo su gobierno, se implementó la estrategia de “más casas para más personas”.
En 1999, se aprobó la Ley Gramm-Leach-Bliley (GLB), también conocida como la Ley de Modernización Financiera. Esta ley desmanteló parte de la Ley Glass-Steagall, permitiendo la creación de grandes mercados financieros en los que los bancos podían otorgar préstamos, ofrecer banca de inversión, vender seguros y realizar otras innovaciones financieras. Esto facilitó que empresas como Lehman Brothers ingresaran al negocio de hipotecas y que compañías como AIG realizaran negocios de titularización.
Consecuencias y Críticas
La aprobación de la Ley GLB recibió apoyo bipartidista tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Bill Clinton la celebró como un logro que beneficiaría a consumidores, comunidades y negocios de todos los tamaños. Sin embargo, no todos están de acuerdo y muchos culpan a Clinton de ser un precursor de la crisis hipotecaria de 2008.
La desregulación permitió una mayor integración de actividades bancarias, lo que incrementó el riesgo sistémico en el sector financiero. Las prácticas financieras más arriesgadas y la especulación desmedida que siguieron a la desregulación son vistas por algunos expertos como factores que contribuyeron a la crisis financiera de 2008.
Si bien la administración de Bill Clinton es recordada por sus logros económicos y sociales, es crucial considerar las implicaciones de las políticas de desregulación financiera implementadas durante su mandato. La desregulación puede haber sembrado las semillas de la crisis financiera de 2008, destacando la importancia de equilibrar el crecimiento económico con una regulación financiera adecuada para evitar futuros colapsos.
*Con información de CNN Dinero.