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¿Colombia se está Encaminando a una Deflación?

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La deflación es un término opuesto a la inflación y hace referencia a una caída generalizada y prolongada del nivel de los precios y servicios. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), para que se determine una deflación, la caída en los precios debe durar mínimo dos semestres. (Recuento Histórico de Hiperinflación en Latinoamérica) 

Fuente imagen: shutterstock

En general, la deflación es causada por la disminución de la demanda, puesto que los ingresos se deprimen, lo que lleva a que los consumidores pospongan sus decisiones de compra, representando un inconveniente mayor que la inflación, dado que una caída en la demanda implica un derrumbe general de la economía.
Con la deflación, las empresas deben hacer un ajuste de los precios para incentivar las ventas y no acumular stocks, lo cual repercute en la reducción de sus beneficios y trae como consecuencia una búsqueda para reducir costos que lleva a un recorte de empleados. (Efectos de las Crisis Económicas en el Ciclo de Vida de las Empresas (Video y Podcast))
La deflación crea un círculo vicioso en la economía, ya que al haber recorte de personal, ajuste de salarios y menor demanda, se reduce también la demanda en el mercado laboral, lo que lleva a que el consumo agregado siga disminuyendo.
El desajuste entre oferta y demanda que causa la deflación puede darse por dos causas: demanda insuficiente o exceso de oferta.
Como caso concreto, la demanda insuficiente se dio a finales de los años 20 en la Gran Depresión ocurrida en Estados Unidos. Con el derrumbe del mercado bursátil y el colapso en el sistema financiero, las afectaciones económicas no se hicieron esperar, trayendo como consecuencia la reducción en la capacidad de gasto de las familias, lo que condujo a una presión deflacionaria. Entre agosto de 1929 y marzo de 1933 el IPC se redujo un 24%.
El exceso de oferta, por su parte, se presenta cuando las empresas realizan cuantiosas inversiones, motivadas, por ejemplo, por ciclos expansivos, como el que se dio en los noventa, momento en que la industria mundial, seducida por la “nueva economía” y la apertura económica, se expandió rápidamente sin que la demanda lograra absorber toda la producción, dejando al sector productivo con un fuerte exceso de capacidad, sobre todo en Estados Unidos, lo que se tradujo en un desajuste sobre los precios a la baja.
Cabe resaltar que, si el proceso deflacionario viene acompañado de una persistente reducción de la actividad comercial y en general de la actividad económica, pasa a convertirse en una recesión. (Panorama Económico Mundial: una Mirada Detallada a la Llegada de la Recesión Económica)
Con la actual crisis, que golpea a todos los países, el temor de una deflación es cada vez mayor, ya que las naciones están enfrentando presiones deflacionarias y, aunque es muy pronto para saber si en efecto se dará una deflación, hay señales de alerta. Según Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, “la deflación no es por ahora lo más probable. Pero ya no es un escenario de baja probabilidad”.
Asimismo, los bancos centrales de Japón y Estados Unidos han expuesto la misma preocupación recientemente. La probabilidad de una deflación con el panorama actual se presenta porque con el coronavirus ha generado una crisis de oferta que debería disparar los precios, fenómeno que no ha ocurrido, pues la demanda también se ha visto fuertemente afectada. A esto se suma la destrucción de empleos, la incertidumbre económica y las expectativas negativas, que presionan a la baja los precios.
Peter Bofinger, economista alemán, hace un análisis de los efectos del virus sobre los precios en tres fases: durante el confinamiento, la nueva normalidad y la época poscovid, que llegará con la vacuna. En el análisis, Bofinger concluye que “el riesgo mayor es que la pandemia provoque una deflación en la economía global”, sustentando que hasta ahora los datos apuntan en esa dirección, ya que la zona euro registró en mayo la tasa de inflación más baja en cuatro años, con un crecimiento de solo 0,1% y las caídas ya son un hecho en 12 de los 19 países de la eurozona.
Para el caso de Colombia, el DANE reveló las cifras del IPC, en el que se registra una variación negativa de los precios en junio, ubicándose por primera vez desde el 2013 por debajo de la meta establecida por el Banco de la República (2% – 4). Además, en julio la inflación mensual fue del 0%, dato que no se registraba desde 2005.
Sin embargo, diferentes expertos económicos indican que es muy pronto para hablar de deflación, puesto que las recientes caídas en los precios obedecen en parte a las medidas adoptadas por el Gobierno frente a los arriendos, servicios y días sin IVA, rubros que se revertirán conforme se dinamice la actividad económica. De igual forma, agregan que para que esto se considere deflación, se debe tener ese comportamiento a la baja de manera prolongada, por lo menos un año.
Finalmente, los analistas agregan que, aunque el riesgo de deflación existe, con el levantamiento de las restricciones los precios podrían volver a subir, situación que puede cambiar con un rebrote de contagios que lleve a una extensión de la cuarentena y genere otro choque de oferta y demanda. Todo dependerá del manejo que den los Gobiernos en conjunto con los bancos centrales para contener una caída prolongada de los precios. (14 Pandemias Mundiales, Desde la Peste Negra hasta el Coronavirus (Infografía))

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