John Templeton nació en el seno de una familia pobre de Tenessee en noviembre 29 de 1912. En 1934 obtuvo su título universitario en economía de la Universidad Yale, a la cual asistió con una beca y fue el alumno más destacado de su generación. Posteriormente viajó a Oxford a realizar su maestría en derecho que culminó en 1936. De regreso a los Estados Unidos, se radicó en Nueva York para trabajar como aprendiz en Fenner & Beane, una de las firmas predecesoras a Merrill Lynch.
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Templeton fue el cofundador de una firma de inversión que se convertiría en Templeton, Dobbrow & Vance en las profundidades de la Gran Depresión en 1937. La empresa tuvo un gran éxito y aumentó a USD $300 millones sus activos gestionados a través de ocho fondos de inversión. Para 1962 John Templeton vendió su participación en la firma.
Durante los siguientes 30 años, Templeton creó algunos de los mayores y más exitosos fondos internacionales de inversión del mundo. En 1999, la revista Money Magazine lo llamó “posiblemente el mejor seleccionador de acciones del siglo”. Como un ciudadano británico naturalizado en las Bahamas, Templeton fue nombrado caballero por la reina Isabel II por sus muchos logros.
Tras su retiro del mundo de las inversiones empresariales, el economista se convirtió en un filántropo activo en todo el mundo a través de su fundación John Templeton, que concentra sus donaciones en la investigación espiritual y científica. Templeton falleció en julio 8 de 2008 en Nassau, Bahamas a sus 95 años de edad.
Durante su período activo como inversionista se resalta un estilo que se resume como la búsqueda de inversiones de valor, lo que él llamaba “la caza de gangas”. El mantra de inversión de Templeton fue “busque compañías alrededor del mundo que ofrezcan precios bajos y con una excelente perspectiva de largo plazo”.
Templeton consideraba que las mejores inversiones se encontraban en acciones ubicadas en poblaciones completamente olvidadas, aquellas que otros inversionistas aún no estaban estudiando. En este sentido, él tenía una ventaja que no estaba a disposición del inversionista individual promedio, su residencia en Lyford Cay en las Bahamas.
Lyford Cay fue poblada por hombres de negocios de todos los rincones del mundo. Templeton descubrió que fácilmente se podía intercambiar ideas y opiniones con estos hombres en ese atractivo ambiente, que para él funciono mucho mejor que tener una red de contactos en Wall Street.
Algunas de sus frases más famosas de inversión fueron las siguientes:
“Las cuatro palabras más peligrosas de una inversión son: Esta vez es diferente”.
“Invierta en el punto máximo de pesimismo”.
“Si usted quiere tener un mejor desempeño que la multitud, debe hacer cosas diferentes a la multitud”.
“Rechazo el análisis técnico como método para invertir, se tiene que ser un fundamentalista para ser realmente exitoso en el mercado”.
“He descubierto que mis resultados para mis inversionistas son de lejos mucho mejores aquí en Bahamas que cuando tenía mi oficina en Rockefeller Plaza. Cuando estás en Manhattan es mucho más difícil ir contra la multitud”.
*Con Información de Investopedia
