Es común que muchas personas tengan un trabajo que difiere marcadamente de la carrera profesional que estudiaron y pese a esto son destacados y tienen éxito en sus labores. De ahí que algunos profesores universitarios afirmen que ellos enseñan el 20% de lo que un profesional debe saber, el resto corre por cuenta del alumno. Ahí una primera aproximación al éxito, tener presente que este no tiene nada que ver con los títulos y estudios realizados. (vea también: Habilidades Profesionales Más Valoradas)
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El 24 de noviembre de 1859, Charles Darwin le expresó al mundo el concepto de la selección natural, a través de su obra el Origen de las Especies, su teoría exponía que la naturaleza selecciona a las poblaciones más aptas para la supervivencia en determinado ambiente y descarta a las menos aptas. Hoy, casi 160 años después, esta lección sigue viva; las ideas, el conocimiento y el espíritu nos hacen personas más aptas y los títulos que se obtienen de pregrado y posgrado ayudan a cumplir las necesidades profesionales de la actualidad.
Pero no solo los títulos son importantes, la actitud es un aspecto fundamental, el entusiasmo, la decisión y el amor por lo que se hace, son ingredientes que no garantizan, pero si potencian nuestro crecimiento en todos los aspectos.
Este recorrido muestra que lo que se debe aprender y entender para alcanzar las metas y retos trazados hacia futuro, dependen de la aplicación adecuada de una fórmula matemática en la vida profesional. Esta fórmula no es más que la relación o división entre “resultados entregados” y “resultados requeridos”, en otras palabras: “cuanto das versus cuanto esperan que des”. Si esta relación es inferior a 1 estas poniendo en riesgo tu éxito, si es igual a 1 tendrás sólo éxito laboral, pero si es superior a 1, lograrás y disfrutarás del éxito profesional.
Bryan Dynson, ex-presidente de Coca Cola al dejar su importante cargo mencionó lo siguiente: “Imaginen la vida como un juego en el que ustedes hacen malabarismos con cinco bolas que arrojan al aire. Cada una de ellas son el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el espíritu. Pronto se darán cuenta de que el trabajo es una bola de goma, si se cae, rebota. Pero las otras cuatro: familia, salud, amigos y espíritu, son de vidrio. Si se deja caer una de esas, va a quedar irrevocablemente dañada, rayada, rajada o rota. Nunca volverán a ser las mismas”.
Este mensaje muestra que el éxito se resume en priorizar siempre el equilibrio en la vida, pese a los muchos y magníficos logros laborales y profesionales, una persona no logrará sus metas con alguna de las demás esferas deterioradas.
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