Cuando se trata de hacer un estudio posgradual, las opciones de movilidad internacional son una constante en una gran parte de la población estudiantil. La apuesta por desaparecer fronteras que supone la globalización, hoy tan discutida frente a la coyuntura de la “era Trump” y el ya famoso Brexit, se hace transversal a la educación misma. En este sentido, no es fortuito que los estudiantes se reten, cada vez con más frecuencia, a los desafíos de ir a otro país durante un par de años a formarse académicamente en un programa, bien sea de especialización, maestría o doctorado.
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La movilidad internacional se vuelve atractiva para muchos en la medida en que les permite desarrollar ventajas competitivas que pueden ser aprovechadas para el posterior desarrollo de la vida laboral. Este tipo de experiencias posibilita conocer nuevos y diferentes métodos de enseñanza, nuevas culturas, permite aumentar la capacidad para resolver problemas de manera diferente, al tiempo que permite desarrollar uno o varios idiomas. Colombia no es ajena a esta realidad y cada vez más los jóvenes del país buscan realizar sus estudios en el extranjero. Así lo reflejan las cifras del Ministerio de Educación Nacional, que durante el periodo 2001-2015 recibió 9427 solicitudes de convalidaciones de títulos otorgados por instituciones de educación superior extranjeras, en las cuales un 94,9% se concentró en los títulos de posgrado, prevaleciendo las maestrías, con un 61,9%, sobre las especializaciones y doctorados, que representaron el 17,5% y el 15,5% respectivamente.
Así mismo la distribución de estudiantes en el extranjero por países, para dicho periodo, estuvo concentrada en España, con un 25,4%, seguido de Chile (8,7%), Venezuela (8,3%), Estados Unidos (7,9%), México (7,2%), Argentina (6,5%), Brasil (6%), Francia (5,2%), Puerto Rico (3,1%), Panamá (2,7%), Italia (2,4%), Alemania (2%) y Costa Rica (1,6%). Otros países como Eslovenia, India, Malta, Rumania, Trinidad y Tobago, Bielorrusia, Sudáfrica , Uruguay, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Paraguay, Republica Checa, Ucrania y Yugoslavia también aparecen en la lista de países destino para los estudiantes colombianos.
Sin embargo, tomar la decisión de realizar un estudio en el extranjero no es cuestión sencilla, ni mucho menos una decisión que se toma de la noche a la mañana. Las implicaciones que se derivan de la migración a otro país exigen un buen ejercicio de planeación, que involucra desde la búsqueda de información acertada para la elección del área de estudio, programa y destino, la postulación y preparación de exámenes de idioma, aptitud y conocimiento que permitan la admisión al programa que se desea cursar, hasta la planeación financiera que permita el cubrimiento de los gastos de matrícula y manutención durante el desarrollo del posgrado.
Los costos que se derivan de una maestría en el exterior comienzan con la postulación misma al posgrado, (puede notarse que estos son unos costos hundidos, dada la incertidumbre sobre el resultado de la postulación). Habitualmente la postulación a una maestría exige el dominio de un segundo idioma y el tiempo necesario para alcanzar dicho dominio depende del nivel en el cual se encuentre el postulante; cuando un postulante maneja un nivel básico la preparación puede tomar de 1 a 2 años, si se encuentra en un nivel intermedio alcanzar el dominio puede tomarle menos tiempo. Al consultar instituciones que permiten la formación en idiomas, como el Centro Colombo Americano y la Alianza Francesa, puede notarse como un ciclo de estudio completo, que exige de 24 a 25 meses, tiene un costo de 10 a 20 millones de pesos; mientras que los ciclos de profundización, que toman cerca de 6 meses, tienen un costo de 3 a 6 millones. Sin embargo, la preparación no exige el estudio del idioma por sí solo, el estudio está encaminado a la presentación de algún tipo de examen que certifique el dominio del idioma. Con frecuencia, las universidades son autónomas para decidir qué exámenes y puntajes se requieren para ser admitido a los programas. No obstante, la mayoría de universidades exigen que los candidatos tengan un nivel mínimo de B2 o C1, según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. En este sentido, los exámenes requeridos son comúnmente, para el caso del idioma inglés, el TOEFL y el IELTS, los cuales tienen un costo aproximado de 215 mil pesos y 435 mil pesos respectivamente. En el caso del idioma francés, mucho menos común, el DELF y el DALF tienen un costo promedio de 150 mil pesos.
Una vez se es admitido al programa de preferencia, el paso a seguir es la planeación del viaje que posibilite la llegada al país de destino. Para esto es necesario pasaporte vigente, visa de estudiante, en caso de que se requiera, seguro médico y exámenes médicos que posibiliten la movilización. Para este año, de acuerdo a la nueva tarificación, un pasaporte ordinario alcanzó un valor de 224.000. Las visas de estudiante no son requeridas en todos los destinos, sin embargo, si es el caso, debe tenerse en cuenta que esta tiene un costo que ronda los 500.000 pesos. Esto, sin contar los costos asociados a viajes a consulados y demás. Un Assist-Card provisional de un mes cuesta en promedio 800 mil. Adicionalmente, un tiquete de viaje puede rondar en promedio los 2 millones, dependiendo de la anticipación con la que este se adquiera y el destino.
Finalmente, lo más importante, y donde se concentran el grueso de los costos del estudio del posgrado en el extranjero, son los gastos asociados al costo de la matrícula y la manutención, que incluyen la estadía y alimentación, así como los gastos derivados de transporte, salidas de campo, materiales de estudio y uso de teléfono e internet.
Para el caso de Estados Unidos, el costo anual de una matrícula en una universidad privada puede rondar los 150 millones de pesos, mientras que en las públicas se acerca a los 50 millones. Todo esto en cifras anuales. En el caso de Europa la educación suele ser mucho más accequible, el costo anual en una universidad europea puede rondar los 25 millones al año, mientras que en Reino Unido esta cifra puede alcanzar los 35 millones.
Los costos de manutención y transporte varían de igual manera según la ciudad y país. Estos costos están afectados por el tipo de vivienda, el tipo de alimentación, el número de personas con que se compartan los gastos, entre otros. En el caso de Estados Unidos los gastos asociados a alojamiento, transporte y materiales de estudio puede rondar los 1000 dólares al mes, es decir, un promedio de 3 millones mensuales, lo que al año significa unos 36 millones de pesos. En Europa el costo de vida es muy similar en pesos colombianos, con cifras cercanas a los 35 millones al año.
Con todo esto, sin contar con que eventualmente el desarrollo del posgrado involucrará viajes entre el país de destino y las respectivas ciudades de origen, si se contrastan los casos más optimistas y pesimistas puede verse que los costos de realizar un estudio de maestría en el exterior pueden estar entre los 150 y los 300 millones de pesos. Si bien en el país es posible encontrar una multiplicidad de opciones que ayudan al financiamiento de estos estudios posgraduales, como créditos, becas y convenios con entidades como el ICETEX, el Fondo Nacional del Ahorro, la OEA, el Banco de la República, Colfuturo y Colciencias, no deja de ser interesante hacer un repaso a este tipo de gastos que se ven asociados a la formación académica en el extranjero, de manera que pueda pensarse de manera clara cuál será el retorno de esta inversión en el largo plazo y cuál es la viabilidad en términos de costo y beneficio que repercuten a la hora de tomar tan importante decisión.
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