Colombia ha vivido por más de 50 años uno de los conflictos más antiguos y sangrientos de la historia reciente. El país está a punto de dejar una de las últimas guerras del hemisferio occidental, lo que genera una esperanza de paz para las generaciones futuras. Esta transformación demandará un importante volumen de recursos por la dimensión del conflicto, que contrastan al realizar la comparación cuantificable de cuánto ha costado la guerra en los últimos años.
El conflicto armado colombiano data de la década de los 60, cuando un grupo de extrema izquierda decidió levantarse en armas contra el Estado. Desde entonces, este enfrentamiento ha dejado más de 220.000 víctimas e incuantificables daños sociales, de infraestructura y ambientales. Desde el aspecto económico, resulta más rentable la paz que la guerra, empezando por el presupuesto para Defensa y Seguridad que destina el Gobierno cada año. No obstante, también es importante cuantificar el valor de un posconflicto con la guerrilla de las FARC, ya que con seguridad no es una cifra menor.
La Guerra Económica de ColombiaEl país ha invertido en promedio, durante los últimos 10 años, cerca de $23 billones de pesos anuales en gasto de defensa, significando que, durante los últimos 15 años, Colombia ha invertido en este rubro más de $330 billones de pesos del Presupuesto General de la Nación (PGN), que para el 2016 ascendió a $215,9 billones de pesos. Según las cifras del Banco Mundial, Colombia es el país de América Latina que tiene un mayor gasto militar con proporción al Producto Interno Bruto (PIB); Brasil destina cerca del 1,3% de su PIB para gasto militar, Ecuador el 2.7%, mientras que Colombia destina cerca del 3,5%, cifra comparable con el porcentaje de EEUU. En cifras redondas, Colombia es el cuarto país del mundo que más gasta en defensa (USD 13.000 millones), solo por detrás de EEUU (USD 640.200 millones), Brasil (USD 31.500 millones) y Canadá (USD 18.500 millones).
Fuente: Ministerio de Defensa
Según estimaciones, la dotación de un soldado regular puede costar cerca de $2 millones de pesos, teniendo en cuenta el uniforme completo y el fusil, sin considerar el valor de la munición que emplea. Colombia tiene actualmente más de 470.000 personas en sus fuerzas armadas: 243.325 en el Ejército, 33.824 en la Armada, 13.928 en la Fuerza Aérea y más de 178.000 en la Policía. Si se multiplican los $2 millones que cuesta un soldado por 243.325 efectivos, el costo, solo por dotación, sería de casi $487.000 millones de pesos.
La cifra es mucho más alta si se tiene en cuenta el daño no cuantificable que ha derivado de la guerra entre el Estado y la guerrilla. Como se mencionó anteriormente, desde que comenzó, el conflicto ha cobrado más de 220.000 muertos, la mayoría civiles, ha desplazado a más de 7 millones de personas de sus tierras en el campo. El medio ambiente también ha sido uno de los grandes perjudicados, ya que se estima que, entre 2009 a 2013, los atentados terroristas dejaron como resultado 757.000 barriles de petróleo derramados en ríos y bosques, adicionalmente se calcula que, después de China, Colombia es el país que más contamina con mercurio, debido a la minería ilegal.
Cifras Estimadas para la PazPor su parte, el gasto estimado para el posconflicto no es mucho menor. Según los cálculos del Congreso de la República, el posconflicto con las FARC podría ascender a $90 billones de pesos durante los diez primeros años. Por su parte, un informe elaborado por Bank of America destaca que el gasto total vinculado al proceso de paz podría oscilar entre los USD 53.000 millones ($159 billones) y los USD 187.000 millones ($561 billones), todo dependiendo hacia que pilares se destinan los recursos. Y este punto precisamente resulta ser bastante importante, puesto que no se puede tratar de resolver todos los problemas de un país con la bandera de la paz. En este sentido, los conceptos generales de fortalecimiento en educación e inversión para la salud deben ser ajenos al gasto del posconflicto; los conceptos vitales para destinar el presupuesto para la paz deben ser las víctimas, una reforma agraria, una reconstrucción rural que devuelva a los campesinos sus tierras y la desmovilización y reinserción de los guerrilleros.
Si hacemos el mismo ejercicio de costo por integrante del ejército o de la guerrilla nos encontramos con lo siguiente: Se estima que en las filas de las FARC hay un poco menos de 10.000 integrantes, sin embargo, algunos escépticos piensan que podría haber muchos más, teniendo en cuenta la experiencia del pasado con la desmovilización de los paramilitares, cuando se estimaban cerca de 8.000 integrantes y se terminaron presentando un poco más de 31.000. De esta forma, algunas instituciones piensan que la guerrilla puede tener cerca de 36.000 efectivos. Según la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), que se ocupa del proceso de desmovilización de los combatientes, la atención brindada a cada uno de los guerrilleros costaría cerca de $5 millones de pesos, lo que según cálculos, si fueran más de 30.000, significaría un costo de reintegración de USD 468 millones ($1.4 billones de pesos), mucho más alto que la dotación de los soldados.
Otras cifras apuntan que el reinsertado recibirá acompañamiento psicosocial durante 30 meses por valor de $4.800.000, estímulo y permanencia en la formación para el trabajo durante el mismo período por igual valor y estímulo para el acceso a los programas de educación durante 6 años por valor de $10.400.000, para un total de $20.000.000 por reinsertado.
Aunque muchas personas hablan de un ahorro en gasto militar luego de la firma de la paz, por experiencias del pasado es conocido que el posconflicto normalmente suele venir acompañado de un aumento de la delincuencia, sea por nuevos brotes de corrupción o personas que no logran reintegrarse, como en el caso de los paramilitares, por lo que el presupuesto militar se debería mantener por mínimo 5 años más. De hecho, el presidente Santos, ha dado recientemente la orden de no retroceder contra los grupos armados.
En conclusión, desde el punto de vista económico, el fin del conflicto es benéfico para el país, ya que representa progreso, prosperidad, inversión y desarrollo, más allá que desde el punto de vista político sea discutible para algunos.
Ricardo Gómez LondoñoIngeniero Financieroricardo-2025@hotmail.com