En el acumulado, al segundo trimestre de 2023, el PIB de la ganadería registró una disminución del 1,9% comparado con el mismo periodo de 2022; desempeño explicado por el frágil desempeño de algunas variables de impacto como el sacrificio de bovinos que creció en el acumulado a abril un 0,5%; mientras que en un 1,6% lo hizo el volumen de las exportaciones en canal para el mismo periodo y en un 1,2% el inventario bovino en 2023 frente al 2022. En el escenario directamente negativo, se ubicaron que las exportaciones de bovinos en pie que entre enero y abril cayeron un 54,4%. A destacar, estuvo el consumo interno de carne bovina que aumentó un 4,6% en el acumulado a abril, cifra que, si bien impidió una caída más pronunciada del PIB del sector, fue contraída por los altos precios de la carne de res, factor que el gobierno espera intervenir a partir de la habilitación de las plantas de sacrificio municipales, una decisión que genera amplia incertidumbre sobre el sector.
A este panorama se agrega el deterioro de la maya vial en el país, el impacto de la inseguridad y la suspensión de actividades, se supone que temporalmente, como lo anunció Minerva Foods, importante actor en la cadena productiva en Colombia y Latinoamérica. Factores que sumados al reciente desempeño de la economía nacional ubican el futuro del sector ganadero, uno de los de mayor dispersión regional, en un escenario de elevada incertidumbre.