La forma de gestionar la productividad es una inquietud frecuente en el mundo empresarial. Ser productivo no es una aptitud innata, por lo que se requiere entrenamiento para lograr resultados eficientes y cambios en la rutina de trabajo, a fin de mejorar el bienestar físico, emocional y laboral de cada persona.
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Priorizar las tareas y funciones es un componente esencial para alcanzar la productividad, tanto en la vida laboral como personal, y es la única garantía para gestionar correctamente una actividad en particular. Para esto, existen algunas herramientas, como el método GTD –Get Things Done–, el cual se basa no solo en el establecimiento de prioridades, sino en lograr un enfoque de control y perspectiva del trabajo, lo que ayuda a tomar decisiones al momento de elegir las actividades a desarrollar, priorizando aquellas decisivas en función de las circunstancias. Lea: De la Lluvia de Ideas a la Lluvia de Soluciones, Metodologías para la Creatividad Empresarial
En síntesis, la metodología Get Things Done consiste en elegir la tarea que se debe realizar en cada momento para tener control de las situaciones. Este método tiene un enfoque que permite gestionar el desempeño propio ante tareas e imprevistos, sustentado en cinco puntos neurálgicos:
Recopilar información: consiste en identificar las tareas pendientes y recopilarlas, temporalmente, en un lugar específico, ya sea un tablero, un chat, o un mail, con el fin de tener rápido acceso a las tareas por realizar.
Procesar o aclarar: cada una de estas tareas pendientes se transforman en acciones a desarrollar, en orden de importancia, por lo que es necesario determinar cuáles resultan prioritarias para cumplir con un objetivo. En este punto es necesario preguntarse ¿en qué consiste exactamente la tarea? ¿cómo debo ejecutarla? ¿a quién debo consultar?
Organizar: En esta fase es necesario determinar si la tarea requiere de una acción o no. Si la respuesta es afirmativa, se debe anotar y programar una lista ordenada de pasos a realizar.
Revisar: consiste en consultar periódicamente, ya sea de forma diaria o semanal, la lista de tareas, con el fin de tener una mejor perspectiva de las labores pendientes y el orden para llevarlas a cabo.
Hacer: finalmente, se llega a la fase de concretar las acciones que se tienen programadas, estableciendo planes de acción y fechas para su ejecución.
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En conclusión, el método Get Things Done se sustenta en hacer fácil el almacenamiento de información, seguimiento y revisión de las labores. Para esto, es necesario partir del principio de que una persona necesita liberar su mente de las tareas pendientes, guardándolas en un lugar específico, razón por la cual no necesitará recordar lo que debe hacer, concentrándose exclusivamente en su ejecución, aumentando la productividad y los niveles de concentración en beneficio de la compañía y de la salud personal. Articulo relacionado: Lo que Debe Saber de: Las Metodologías para la Preparación de Proyectos