Los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por la Unión Europea (UE) con Colombia, por un lado, y con Honduras, Nicaragua y Panamá, por otro, entraron en vigor el pasado primero de agosto, en la estrategia de la UE de eliminar aranceles con Centroamérica y la Región Andina.
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El acuerdo con Colombia se negoció y firmó al tiempo que el TLC con Perú, que para ese país ya entró en vigor el pasado primero de marzo, dado que Lima ya había terminado todos los trámites para ello y Bruselas no hizo esperar su aplicación porque Bogotá necesitaría más tiempo para completar el procedimiento.
El comisario europeo de comercio, Karel De Gucht, consideró que los acuerdos “abren un nuevo capítulo en las relaciones entre la UE y Colombia”, y que los alcanzados con los países centroamericanos, “son otra prueba del interés y el compromiso” de la unión con esa región.
“Espero que las empresas de ambas partes se beneficien plenamente de las numerosas oportunidades que ofrece el acuerdo. Utilicemos este acuerdo comercial como trampolín para conseguir una relación más estrecha entre la UE y la Región Andina”, señaló De Gucht en un comunicado.
Por su lado, Colombia va a llegar a un mercado de 503 millones de consumidores con alto poder adquisitivo; se facilitará la adquisición de bienes de todo tipo para los consumidores y empresarios colombianos, se promoverán los flujos de inversión entre la UE y Colombia gracias a compromisos de estabilidad, transparencia y protección.
Pero no todos los analistas ven con buenos ojos el TLC. Andrés Mauricio Castro, catedrático del Rosario y experto en Negocios Internacionales explica que si Colombia quiere aprovechar mejor esa posibilidad comercial “debe definir la oferta exportable”. Se refiere a que no debemos seguir exportando materias primas sino más productos procesados y, de paso, importar maquinaria a bajo costo para tecnificar la oferta colombiana.
El economista Eduardo Sarmiento, director del Centro de Altos Estudios de la Escuela Colombiana de Ingeniería, advierte un panorama mucho más gris. Asegura que la economía colombiana queda mucho más desprotegida que antes del TLC con la Unión Europea porque “seguiremos especializados en exportar minería y servicios pero desplazados en aspectos como industria y agricultura”, considera que con este tratado no se crearán más plazas de trabajo, como espera el Gobierno Nacional “El desempleo se va a seguir agravando. Desde cuándo comenzó a operar el TLC con Estados Unidos no se ha creado un solo empleo más. Por el contrario, se ha perdido más empleo formal y se disparó la informalidad”, dijo Sarmiento.
Actualmente Colombia negocia otros Tratados de Libre Comercio con Corea y Japón, y ya tiene once TLC suscritos con Estados Unidos, Canadá y otros países de la región.