El sabor a fracaso en Silicon Valley significa que los fondos presten mayor atención para una posible inversión. Inclusive, se cree que, a partir del tercer fracaso, es más atractivo invertir.
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Aunque constantemente a los emprendedores se les incentive a intentar, probar y fracasar, la experiencia no satisfactoria puede traer un malestar psicológico persistente.Articulo relacionado: Un Plan para Expandir el Emprendimiento
En San Francisco se ha forjado una cultura particular, en la que resalta la asunción del fracaso. De hecho, en Silicon Valley existe el dicho “fracasa rápido y fracasa a menudo”, ya que la falta de errores corresponde a falta de ambición, por lo que, en la cuna del emprendimiento, fallar significa forjar una carrera profesional.
Las personas, naturalmente, huyen de las experiencias de fracaso y luchan por el éxito. No obstante, la tendencia en el mundo empresarial de hoy es valorar esos fracasos como mecanismo e impulso para lograr dicho éxito. Lea también: Mitos que Impiden el Desarrollo de Nuevos Emprendimientos
Un estudio proveniente de Harvard señala que el 75% de las startups han fracasado. Lo curioso, es que, según la investigación, solo el 30% de los emprendimientos acabaron en quiebra, los demás buscaron alternativas que fueran beneficiosas para socios o inversionistas, como la venta de la compañía o una salida en bolsa.
De esta forma, existen proyectos que siguen su funcionamiento, pues el fracaso no significa necesariamente la liquidación de una compañía. Los productos pueden fallar, así como el plan financiero, de publicidad y mercadeo, o simplemente el mercado no tiene la necesidad latente de lo que se ofrece.
Un inversionista potencial busca seguridad, exigiendo ciertos requisitos antes de poner su dinero en un proyecto. Por esto los inversionistas realizan una evaluación, en la cual el foco se centra en un equipo profesional, sin importar la cantidad, sino la calidad, dedicación, motivación y preparación frente al producto o servicio.
En un segundo lugar, se encuentra el sector en el que se va a incursionar. Debe ser un mercado activo y maduro para determinar cuáles son sus principales competidores, la necesidad del producto o servicio y sus posibilidades de crecimiento.
Lo último, y no menos importante, es la valoración de la compañía. La inversión deseará tener datos como el punto de equilibrio, la rentabilidad, activos y pasivos financieros, cartera de la compañía, entre otros.
Sobreponerse a las dificultades y tener un equipo de trabajo es lo que resulta atractivo para un inversionista, ya que la experiencia financiera, comercial, de mercadeo e incluso encontrar nuevos focos para el cliente se pueden conseguir con ayuda, mas no la pasión, creatividad y la capacidad de rearmarse. Lea: Las Dificultades Comunes de un Emprendimiento
