De llegar a un acuerdo entre Gobierno y Farc en Cuba, y se finalizara el conflicto armado en Colombia, se espera que la economía nacional tenga un efecto positivo. Varios analistas han coincidido en que el PIB obtendría resultados favorables, pero ¿es de verdad un panorama tan alentador?
Foto: www.sxc.hu (Autor: pixelstar)
Un estudio desarrollado por la Dirección Nacional de Planeación (DNP), sobre los costos del conflicto en el país, indica que la eventual firma de paz le daría un impulso a la productividad del país.
El conflicto armado que aqueja a Colombia desde hace más de 50 años, ha sido uno de los principales factores del no tan favorable desempeño de la economía nacional. El costo de guerra ha ascendido en los últimos años a un total de $220 billones de pesos, afectando directamente a diferentes sectores económicos del país, especialmente el agro.
El estudio publicado por la DNP se basa en calcular los costos que tienen las acciones asociadas con la guerra, es el caso de los costos de los secuestros, la pérdida de vidas, los ataques contra la infraestructura y las inversiones obligatorias en seguridad.
Según Miguel Acosta, magister en economía de la Universidad de los Andes, “es cierto que la economía ganaría, pero debe estar sujeta a una política de postconflicto adecuada, es decir, que las instituciones que se desarrollen para procurar la equidad de las tierras que se van a redistribuir, una vez las entreguen las Farc, sean instituciones confiables y que a través de las fuerzas armadas se asegure que no vuelvan a quedar en manos de las bandas criminales”. Para Acosta, bajo estos parámetros la economía mejoraría con el tratado de paz.
Hay otros factores que también deben tomarse en cuenta para responder a esta pregunta, como lo es la inversión extranjera. Firmado el acuerdo de paz con las Farc, Colombia dejaría de reconocerse como un país en conflicto, lo que generaría una mayor confianza inversionista. “Un país que no se percibe en conflicto, disminuye la concepción del riesgo para los inversionistas extranjeros, es decir, se reduce lo que se conoce como la prima por riesgo, eso va a incentivar radicalmente la inversión extranjera e incluso la nacional en zonas que hoy son de conflicto”, indica Acosta.
El capital humano también juega un papel fundamental una vez firmado el acuerdo de paz, pues disminuiría el desplazamiento forzado hacia las ciudades, lo que representa una oportunidad importante para los campesinos. “Si el conflicto se termina, y si se instalan instituciones de educación que procuren educar a los campesinos, se generaría un incremento en la productividad de la gente del campo y a su vez de la actividad económica positiva”, indica Acosta.
Teniendo en cuenta lo anterior, de lograrse la paz en el país, el primer sector económico que se vería beneficiado sería el agro, debido a la seguridad que se generaría en el campo. Pero esto no sólo depende de la terminación del conflicto, pues se deben estudiar las necesidades que hoy presenta el sector.
Otro sector altamente beneficiado sería el de hidrocarburos, pues actualmente no se han explorado zonas de Colombia debido al conflicto, y además no sería afectada su infraestructura por atentados terroristas.
Si por el contrario, se diera la eventual decisión de no firmar el acuerdo de paz, la economía seguiría su flujo actual y el Estado tomaría nuevas decisiones en cuanto a la inversión de guerra, lo que según el economista, implicaría la recaudación de más impuestos para su financiamiento y podría generar un efecto desacelador en la economía.
Terminado el conflicto los primeros resultados no se verían inmediatamente, se calcula que el efecto positivo de las inversiones extranjeras se aprecie en un período de 1 a 3 años, y el cambio que se produciría en el campo se apreciaría a largo plazo, en un estimado de 15 años.