El panorama de la economía colombiana se encuentra hoy en día sumido en un mar de incógnitas que no permiten ver un claro horizonte en lo que refiere al crecimiento del país. La inflación acumulada de los últimos doce meses, fue de 4,41% y en lo que va corrido del año 3,22%, factor que ha capturado el interés del mercado y dirigido las expectativas a la espera de un crecimiento económico. Informes recientes presentados por el DANE correspondientes al primer trimestre del 2015 y análisis realizados por el Ministerio de Hacienda ponen en duda este planteamiento.
Foto: www.sxc.hu Autor: David Garzon
Según el Banco de la República la devaluación de la moneda local en el último año alcanza cifras exorbitantes de 34.19% y del 5.82% en lo corrido del año con respecto a la tasa representativa del mercado, variable que junto al alza de la tasa de cambio, da espacio a la explicación de la dinámica creciente del IPC en el último periodo. Este crecimiento en la inflación y el desplome del precio del petróleo son factores explicativos de la desaceleración de la economía colombiana experimentada al día de hoy.
Aún anunciada esta desaceleración, las expectativas por un crecimiento económico superior al 4% han sido relegadas por los diferentes recortes a la proyección del crecimiento de la economía realizada por el FMI, el Gobierno Nacional y el Banco de la República. Los dos últimos, quienes al parecer son los que poseen más dudas acerca del panorama que depara a la economía local, pues atados a su singular positivismo, no afrontan la verdadera situación que vive la economía colombiana, en este momento un escenario más difícil que lo previsto a finales del 2014.
Ante el reciente informe sobre el crecimiento correspondiente al primer trimestre del 2015, publicado por el DANE, en el cual se indica que el producto interno bruto (PIB) varió tan solo el 2,8%, representando menos de la mitad de lo alcanzado por la cifra en el mismo periodo del 2014, el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, confirmó que el Gobierno Nacional recortó nuevamente la proyección del crecimiento de la economía del país, ubicándola en 3,6%. Recordando que al inicio del presente año la expansión pronosticada estaba entre 4,5% y 4%. Para el mes de abril el presidente Juan Manuel Santos presagiaba un rango entre 3,5% y 4% y a inicios del quinto mes del presente año, el equipo técnico del Banco de la República estimó que en todo 2015 estará entre el 2 % y el 4%, con 3,2% como pronóstico central.
Ahora, más allá del crecimiento económico del país se encuentra el tema del comercio exterior, el cual de manera paulatina va nublando aún más el panorama local. En cuanto a las exportaciones, para el primer trimestre del presente año disminuyeron un 30% acusando al efecto del petróleo como culpable, a su vez las ventas internacionales no tradicionales cayeron un 13%, dato sorpresivo pues se esperaba un repunte debido a la devaluación del peso. Esta situación aumenta cada vez más la incertidumbre y las incógnitas sobre todo en lo que se refiere a los diferentes TLC´s pues se observa que estos no brindan reacciones positivas, lo que genera, a medida que avanza el tiempo una mayor profundidad en el debacle y un aumento en el déficit de la balanza comercial.
Siguiendo las políticas macroeconómicas, a mayor devaluación se supone un acrecentamiento en las exportaciones y en los flujos de capital que llegan al país por medio de la figura de inversión extranjera directa, política que no está dando los frutos esperados debido a su caída, razones que están atadas en su mayoría a la crisis del sector petrolero, ya que era en esté donde se concentraba la mayoría de los flujos de capital que entraban al país; lo cual lleva al gobierno a buscar una alternativa para cubrir el déficit fiscal que ha de esperar el país, encontrando como solución más viable y rápida una reforma que aumente los impuestos.
Resumiendo lo anterior, el futuro de la situación económica Colombiana se encuentra en un “tire y afloje” entre la entidad Emisora y el Gobierno Nacional, los cuales están atados por una camisa de fuerza que centra su atención en el comercio exterior y no permite definir un rumbo claro para el país. Siendo esto la explicación del por qué de los diferentes recortes a la proyección del crecimiento económico colombiano y la mayor preocupación del mercado; de tal forma que no es posible estimar o predecir una cifra que explique la dinámica del país que sea ampliamente confiable y de cabida a más recortes o expansiones por parte de estas dos entidades.
