Los objetivos del desarrollo sostenible han impactado a las industrias, gremios y empresarios en términos de estrategia y ejecución de sus negocios. Esta política, que entró en vigor en el 2016, facilita el desarrollo de iniciativas sostenibles, por lo que el sector financiero ha procurado impulsar proyectos con impactos ambientales positivos a través de las denominadas líneas verdes, bonos verdes o financiación sostenible.
Fuente imagen: Pexels
Las líneas verdes son un método de financiamiento mediante el cual un deudor emite títulos de deuda en el mercado de capitales para recaudar recursos y respaldar proyectos que contribuyan con la sostenibilidad.
Los beneficios para los emprendimientos incluyen el acceso a mercados especializados de inversionistas internacionales y a tasas de interés reducidas respecto a los bonos tradicionales. Además, para los emisores representa beneficios reputacionales en el mercado.
Los proyectos que se ven beneficiados abarcan planes de energías renovables, transporte ecológico, construcciones y agricultura sostenibles, gestión de residuos, cadenas de suministro, entre otros. Adicionalmente, son incluidas las inversiones del ámbito social, como la infraestructura básica, servicios esenciales, vivienda asequible y generación de empleo.
Para otorgar un bono de este tipo se tienen los denominados “principios verdes” (Green Bond Principles = GBP), los cuales trazan una serie de lineamientos para promover la trasparencia en las políticas de emisión.
El proceso consta de cuatro puntos:
Definir que el destino y uso de los fondos promueva el beneficio sostenible o social que sean cuantificables y se incluyan legalmente.
Evaluar y seleccionar proyectos que correspondan a las categorías de los GBP.
Administrar los fondos de manera que se asegure que los créditos se dispondrán para los proyectos seleccionados.
Elaborar reportes con información disponible y actualizada hasta completar el destino de los fondos.
Para estas iniciativas empresariales, los bonos o préstamos se asignan a partir de los “activos intangibles” que se refieren a la confianza, conocimiento y capacidad de innovación e impacto del proyecto, lo que significa un cambio de esquema, ya que regularmente a las compañías se les otorga un monto dependiendo de sus estados financieros o sus activos físicos y tangibles. Artículo relacionado: El Medio Ambiente en los Tributos de Colombia: Los Impuestos Verdes
Quienes compran bonos verdes son catalogados como:
Inversionistas verdes, que destinan sus recursos a proyectos de protección de recursos ambientales.
Inversionistas socialmente responsables, quienes poseen criterios sociales y ambientales para la toma de decisiones.
Gestores de activos, encargados de identificar la gestión responsable de capital en inversiones de bonos verdes.
Corporaciones o aseguradoras, cuya tesorería se orienta al mercado de la inversión sostenible.
Lea también: Estrategias Empleadas en el Mundo para Reducir la Congestión y la Contaminación Generadas por los Vehículos