En las transacciones empresariales (acuerdos de compra y ventas de compañías) se ha adoptado una práctica cada vez más común, relacionada con el acoso sexual y conocida como “la cláusula Weinstein”(¿Qué se considera acoso laboral?)
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Harvey Weinstein, reconocido productor de Hollywood, fue acusado por docenas de mujeres de acoso sexual, agresión sexual y violación en 2017. Fue despedido de su propia compañía, “The Weinstein Company”, así como de la academia de las artes y las ciencias cinematográficas, organización estadounidense encargada de promover la industria del cine (¿En Colombia Llegaremos a Tener una Industria Cinematográfica?) y mundialmente reconocida por la entrega de los premios “Oscar”.
Se han publicado casos e informes que indican que más de 80 mujeres fueron víctimas de Weinstein. Tras las acusaciones, The Weinstein Company fue demandada por maltrato y explotación, por lo que tuvo que declararse en quiebra para conservar el valor restante.
Debido a estas acusaciones, se generó una tendencia en redes sociales respecto al abuso sexual conocida como #MeToo o #YoTambien, la cual fue el evento más viral del 2017. (El Mercado de los Servicios Sexuales en la Economía)
Este fenómeno ha hecho que las compañías exijan garantías para quedar absueltas de responsabilidades futuras si los empleados resultan involucrados en conductas sexuales indebidas y escándalos.
Los movimientos sociales han ejercido tanta presión, que los inversionistas investigan las acusaciones que se tengan hasta diez años atrás, todo para asegurar que los negocios se realicen con la mayor transparencia posible.
Esta cláusula funciona como garantía en el caso de las fusiones y adquisiciones de empresas, ya que, a partir de ahora, no solo se hablará de precios, plazos y formas de pago, sino del costo de estar envuelto en un escándalo mediático y de la pérdida de reputación de las compañías.
La cláusula Weinstein favorece a aquellos que cumplen el rol de compradores y los protege en caso de que los ejecutivos de las compañías a adquirir terminen en procesos legales por acusaciones relacionadas con el acoso sexual laboral.
Por ahora, esta práctica que ha tenido gran acogida en Estados Unidos no se ha adaptado en otros países, aunque se espera que esté presente en múltiples negociaciones, dado que la imagen es parte fundamental para las compañías y deben asegurarse de estar limpias.