Actualmente decenas de contenedores están retenidos fuera de los puertos, está escasez de existencias y retrasos en las entregas ha alterado el ritmo del flujo del comercio internacional. Las entregas y circulación de bienes es limitada y en varios países como Colombia podría ser un problema obtener regalos esta navidad. A la crisis logística de los contenedores se le suma la escasez de productos. Muchas empresas tuvieron que recortar personal y producir menos o cerrar en pandemia, implicando que no pueden abastecer toda la demanda existente. Hay compañías que empezaron a advertir a sus consumidores que para fines de año puede que una parte de sus productos no estén disponibles.
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El sistema de logística portuaria global se ha visto gravemente afectado por la pandemia, innumerables industrias dependen de los contenedores de envío que se mueven de manera constante y actualmente decenas de ellos están retenidos fuera de los puertos. Esta escasez de existencias y retrasos en las entregas ha alterado el ritmo del flujo del comercio internacional e incrementado el precio de los fletes. Las restricciones fronterizas para hacer frente al Covid- 19 han generado bloqueos, suspensión de las actividades de producción y cierres de fábricas afectando el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y flujo económico.
Antes de la aparición del coronavirus, el transporte marítimo ya presentaba nuevos retos y exigencias a nivel mundial, como la implementación de tecnologías en procesos de automatización para lograr mayor eficiencia y menores costos a largo plazo en sus procesos. Lo anterior no es ajeno a los puertos marítimos y contenedores, en la actualidad se hace necesario nuevos cambios en los procedimientos de logística que no necesiten de la intervención humana, sean amigables con el medio ambiente y puedan responder a la demanda creciente del comercio mundial. La descarbonización de la logística, automatización de operaciones, coordinación, digitalización de toda la cadena de suministro, intercambio de información y productividad son los grandes retos que se presentan actualmente para los puertos a nivel mundial y la pandemia lo hizo más evidente.
Las políticas de restricción aplicadas a países como China, Japón, EE.UU. y Alemania, productores y comercializadores de bienes, materias primas y bienes intermedios en el mundo han afectado la cadena de suministro y fabricación internacional de aquellas naciones que dependen de esos insumos. Las entregas y circulación de bienes ha sido limitada y en varios países como Colombia puede ser un problema obtener regalos esta navidad, juguetes, aparatos electrónicos, calzado, vehículos y ropa pueden escasear.
A la crisis logística de los contenedores se le suma otra serie de factores que han contribuido a la escasez de productos, hay empresas que tuvieron que recortar personal y producir menos o cerrar, entonces no pueden abastecer toda la demanda existente. Aquellos proveedores que necesitan distribuir sus productos han tenido que acudir a otras alternativas de transporte por vía área y terrestre, en muchos casos estos resultan más costosos en comparación al transporte marítimo y no dan abasto.
Es posible que los precios de la energía en el país se vean afectados por mayores aumentos en la demanda como consecuencia de la reactivación económica, así como por un posible fenómeno de El Niño que afectaría de manera negativa las reservas de las fuentes de energía, en especial de Hidroituango, que a pesar de tener un 85% de avance en obras, según el docente Luis Guillermo Vélez, puede llegar a verse reducida a la mitad, de presentarse dichos fenómenos.
Hay compañías que ya empezaron a advertir a sus consumidores que para fines de año puede que una parte de sus productos no estén disponibles. Así lo anunció la marca deportiva de ropa y zapatos Nike, por lo que se estima desabastecimiento para noviembre y diciembre.
