Las mujeres, a través de los tiempos, han estado enfrentadas a la desigualdad frente a los hombres. El derecho al voto, el divorcio, la patria potestad y la igualdad formal, son los principales logros conseguidos por las mujeres el siglo pasado. Pero, entre más igualdad jurídica, más resalta la desigualdad laboral, que, junto con la violencia de género, es el mayor desafío para lograr la verdadera equiparación de la mujer con el hombre, en todos los terrenos.
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Autor: Faakhir Rizvi
En el período 2008-2014 las mujeres en Colombia devengaron en promedio 28% menos que los hombres. Para 2014, la brecha fue de 27,7%, casi 4 puntos por encima del promedio mundial, que es de 24%, según el informe de desarrollo humano que presentó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD en 2015.
El mismo informe destaca que en América Latina las mujeres en puestos de alta dirección apenas ganan, en promedio, 53% del salario de sus homólogos varones. Asimismo, en la mayoría de las regiones las mujeres son más propensas a desempeñar “empleos vulnerables”, trabajando por cuenta propia o ajena en contextos informales en los que los ingresos son frágiles y ofrecen poca o ninguna protección y seguridad social.
Un estudio que realizó la Escuela Nacional Sindical, en el que se analiza la brecha salarial en el período 2008-2014, señala que al examinar las brechas según la edad de las personas, en casi todos los casos, las mujeres, en cualquier edad, están peor remuneradas que los hombres. Las diferencias son mayores en las edades menores (29,7%) y en mayores de 55 años (29,9%). Es decir, la discriminación se acrecienta cuando las mujeres son más jóvenes o más adultas. En el rango de 14 a 28 años la brecha fue menor: 8,3%, y se debe a que los promedios generales de ingresos para la población joven son bajos por lo general, y comúnmente se relacionan con el trabajo temporal.
Al analizar los ingresos laborales promedio de las mujeres en comparación con los hombres, según el nivel educativo, se nota cómo en los posgrados, donde las diferencias son mínimas con respecto a las tasas de empleo y desempleo, si hay una diferencia significativa por ingreso salarial: en promedio, las mujeres reciben 30% menos de ingreso que los hombres. De otro lado, las mujeres que no tienen ningún título recibieron 35% menos, en promedio, durante los 7 años de análisis del estudio.
Por su parte, en marzo de 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que, si seguía la tendencia actual, alcanzar la equidad laboral entre hombres y mujeres tomaría aproximadamente 80 años, incluso con el Plan Estratégico de ONU Mujeres para eliminar la inequidad y todas las formas de discriminación contra la mujer.
A pesar de los pronósticos de la ONU, los millenials (personas nacidas entre 1980 y 2000), quienes se caracterizan por ser impulsados por la justicia social, parecen tener una visión del futuro mucho más esperanzadora. Una investigación realizada por la empresa global de capital humano, Manpower Group, asegura que el 97% de la también llamada “Generación Y” confía en que serán ellos quienes logren esta equidad de género y que, además, este cambio se producirá en un lapso de 20 a 22 años.
Según información de Manpower, quien entrevistó a 222 hombres y mujeres con un liderazgo consolidado o emergente, los millenials creen que para impulsar a las mujeres en la vida laboral es importante establecer políticas adecuadas de equidad de género, sobre todo cuando las mujeres representan más del 50% de la fuerza laboral global, pero menos del 25% ocupan puestos de gerencia. Por otra parte, consideran que “romper con la cultura masculina arraigada” es fundamental.
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