De forma general, la iniciativa consiste en crear una franja de corredores terrestres entre países y una ruta de navegación para uso comercial desde Asia hasta África, atravesando Europa Oriental (En qué Consiste la Iniciativa de la Franja y la Ruta). Pero más allá de los proyectos de infraestructura, que también contemplan desarrollos energéticos, se busca crear una red logística, comercial, de comunicaciones y de intercambio global de tecnología y recursos sin una postura supremacista de ninguna de las partes. Esta iniciativa se ha constituido en la principal estrategia económica a nivel internacional de China, que incluso ha expandido sus programas de desarrollo e inversión a América Latina en los últimos años. La propuesta, planteada por China como un acuerdo de cooperación internacional en el que todos los participantes se benefician, es vista por occidente, especialmente por Estados Unidos, como una jugada estratégica de la potencia asiática para que todos los países queden en deuda por los beneficios del acuerdo.
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Pero ¿por qué se considera que este ambicioso programa podría reconfigurar la geopolítica y la geoeconomía a nivel mundial? El desarrollo de todos estos proyectos demanda cuantiosos recursos económicos, para lo cual China ha concedido préstamos por montos considerables a los países que se suscriben a la iniciativa, lo que es visto por los críticos como un mecanismo para expandir la influencia del país, teniendo como elemento implícito de control “la diplomacia de la deuda”. Precisamente, en relación con la diplomacia internacional y la presencia del país asiático en el mundo, vale la pena resaltar que, en 2019, por primera vez en la historia, China superó a Estados Unidos en puestos diplomáticos, reflejando las prioridades internacionales del país asiático.
De acuerdo con información de la BBC, desde que surgió la iniciativa “China ha otorgado o prometido cientos de millones de dólares en préstamos o subvenciones para la construcción de plantas eléctricas, gasoductos, puertos, aeropuertos y vías ferroviarias en 138 países en África, el sudeste y centro de Asia, Europa y América Latina” lo que por un lado ha generado altos niveles de deuda con China, especialmente para los países africanos y del sur de Asia, pero por otro lado ha propiciado desarrollos que no hubieran encontrado otra alternativa de financiación.
Se aprecia entonces cómo China parece plantearle un desafío a la globalización neoliberal con esta propuesta de interconectividad. En este sentido, el gigante de Asia ha empezado a cambiar ciertas reglas del juego, pues hasta hace poco era impensable, por ejemplo, que una tecnología como el 5G se desarrollara primero en China que en occidente. El país asiático ha pasado de copiar a desarrollar sus propias tecnologías y diseños, y Estados Unidos ha intentado bloquear el avance de estas iniciativas a través de guerras comerciales que pretenden frenar la expansión de la influencia china por el mundo. (Huawei se Convierte en el Mayor Vendedor de Smartphones del Mundo)
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