En el marco del VII Foro Urbano Mundial (WUF), se presentó el proyecto La Nueva Economía del Clima (NCE, por sus siglas en inglés The New Climate Economy) una investigación en curso para la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima, presidida por el expresidente de México Felipe Calderón, y que incluye líderes del gobierno, los negocios y las finanzas de 14 países.
De izquiera a derecha: Luis Fernando Ulloa (Vicepresidente de proyectos-Findeter), Edgar Pieterse (Director de African Centre for Cities), Eduarda La Rocque (Presidenta del Instituto Pereira Passos, Río de Janeiro) y Phillipp Rode (Director ejecutivo LSE Cities).
El proyecto es liderado por el centro internacional de la London School of Economics and Political Science (LSE) que busca identificar cómo alcanzar el desarrollo económico y la creación de empleo, pero a su vez reducir las emisiones de carbono y confrontar el cambio climático.
“Los impactos climáticos están aumentando, y la evidencia del calentamiento está cada vez más clara, pero la mayoría de los análisis económicos todavía no toman en cuenta apropiadamente los riesgos derivados y en incremento del cambio climático, o los posibles beneficios de actuar sobre él”, dijo el presidente de la Comisión, Felipe Calderón.
NCE, fue establecido por un grupo de 7 países: Colombia, Etiopía, Indonesia, Noruega, Corea del Sur, el Reino Unido y Suecia. Un consorcio de institutos de investigación en cinco continentes llevará a cabo el análisis. Además de las naciones ya mencionadas, La Comisión Global está integrada por representantes de Australia, China, Nueva Zelanda, Mozambique, Chile, Holanda, EE.UU y Japón.
Frente a los crecientes cambios climáticos y el afán de los gobiernos para promover el crecimiento, ampliar la cobertura de la energía y mejorar la seguridad alimentaria; NCE busca establecer los costos y beneficios de las políticas climáticas. Para Lord Nicholas Stern, vicepresidente de la Comisión, “no se puede escoger entre el crecimiento económico o confrontar el cambio climático. Se necesitan los dos”.
La búsqueda está enfocada en casos de estudio y ejemplos de diferentes naciones, las formas de cooperación que puedan fortalecer los incentivos para los países desarrollados y en expansión a tomar medidas más estrictas, límites del modelo económico y el impacto de las políticas ambientales. Algunos de los principios que rigen las ciudades NCE son:
Planeación y regulación para el desarrollo y expansión del compacto urbano, eficiente en el uso de los recursos naturales.
Objetivos específicos para cambios modales, tiempos de viaje y accesibilidad al transporte público. Además de establecer autoridades de transporte multimodal.
Estándares internacionales para la contabilidad municipal integrada.
Flujo de ingresos destinado a ciudades para invertir en infraestructura urbana con bajo nivel de emisiones de carbono.
Inversiones específicas para el transporte (programas de infraestructura urbana integrada) por los Bancos de Desarrollo.
Para Philipp Rode, director ejecutivo de LSE Cities, “es importante crear una economía verde e inclusiva, planear las ciudades en infraestructura inteligente, no solo tecnológica”.
Teniendo en cuenta la abrumadora evidencia de la contaminación en las ciudades, es imprescindible pensar en un nuevo modelo de desarrollo urbano que tenga como pilares fundamentales la reducción del riesgo de los efectos del cambio climático y la planeación de las vías para las economías urbanas del mañana (en accesibilidad y transporte).
Por Colombia, La Financiera del Desarrollo Findeter, organización vinculada al Ministerio de Hacienda, presentó varios de los proyectos que se están realizando en el país, que incluyen las líneas de acción que el NCE presenta. En ciudades como Cúcuta, Cartagena, Barranquilla y Valledupar ya se han establecido convenios que apuntan al desarrollo de la infraestructura urbana.
Implementar una economía del clima representaría una evolución urbana que a largo plazo se traduciría en preservación y ahorro de los recursos naturales, infraestructura capaz de favorecer el cambio climático y por ende mejora en las condiciones de salud pública.