Los buenos jefes tienen una comprensión fundamentalmente diferente de lo que el lugar de trabajo, la empresa y la dinámica de equipo. A continuación presentamos las creencias de los buenos jefes:
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Los Negocios son Ecosistemas, No Campos de Batalla.Los jefes promedio ven los negocios como un conflicto entre compañías, departamentos y grupos. Construyen ejércitos, demonizan a sus competidores como enemigos y tratan a los clientes como territorios por conquistar.
Los buenos jefes ven a los negocios como la simbiosis entre la probabilidad de sobrevivir y prosperar. Buscan crear equipos que se adaptan fácilmente a nuevos mercado, que pueden formar asociaciones con otras empresas, clientes e incluso sus competidores.
La Administración es Servicio, No Control.Los jefes promedio quieren empleados que hagan exactamente lo que se les diga, buscan crear entornos en los la iniciativa individual sea aplastada por la mentalidad “espera y escucha lo que dice el jefe”.
Los buenos jefes establecen una dirección general y luego se comprometen a obtener los recursos que sus empleados necesitan para hacer el trabajo, permiten a los equipos crear sus propias reglas e intervienen solo en emergencias.
Mis Empleados son mis Compañeros, No mis Hijos.Los jefes promedio ven a los empleados como seres inferiores, inmaduros y en quienes no se pueden confiar. Por su parte, los buenos jefes tratan a sus empleados como si fueran las personas más importantes de la compañía, desde la portería hasta la sala de juntas.
La Motivación Proviene de la Visión, No del Miedo.Los jefes promedio ven el miedo (amenazas de despido, ridiculizar y perdida de beneficios) como una forma crucial para motivar a las personas. Como resultado, jefes y empleados se sienten incapaces de tomar decisiones arriesgadas.
Los buenos jefes inspiran a las personas a ver el futuro de la compañía y ser parte de ella. Como resultado, los empleados trabajan más duro porque creen en las metas de la organización, realmente disfrutan lo que están haciendo y saben que van a participar en los premios.
El Trabajo debe ser Divertido, No una Fatiga.Los jefes promedio están inmersos en la idea que el trabajo es, en el mejor de los casos, un mal necesario. Ellos esperan que los empleados entiendan que tienen que trabajar, y por lo tanto inconscientemente tienden a definirse a sí mismos como opresores y sus empleados como víctimas. Toda la compañía se comporta en consecuencia.
Los buenos jefes ven el trabajo como algo que intrínsecamente debe ser agradable y por lo tanto creen que su trabajo más importante es, en la medida de lo posible, poner a las personas en puestos de trabajo que pueden y hacen verdaderamente felices.
*Con Información de Inc.com.
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