En la economía moderna, el crédito es uno de los bienes más apreciados, ya que permiten el cumplimiento de objetivos personales y empresariales. De esta forma, la Garantía Mobiliaria sobre créditos es una oportunidad que debe ser aprovechada.
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Con la entrada en vigencia de la Ley 1676 de 2013, “por la cual se promueve el acceso al crédito y se dictan normas sobre garantías mobiliarias”, el descuento de flujos futuros sobre contratos toma mayor protagonismo, al gozar del mecanismo de registro, publicidad y ejecución consagrado en la Ley 1676 de 2013.
Así las cosas, los empresarios cuando se acerquen a una compañía de Factoring podrán descontar los flujos futuros de un contrato, y el Factor registrará en el portal web de Confecámaras en el “Registro de Garantías Mobiliarias”, que los derechos económicos o patrimoniales de ese contrato fueron cedidos a su favor en virtud de una operación de descuento de flujos futuros.
Por otra parte, la Ley 1676 de 2013 considera como una práctica restrictiva de la competencia, toda retención o acto del comprador del bien o beneficiario del servicio que impida la libre circulación de la factura, lo cual será investigado y sancionado de oficio a solicitud de la parte afectada por la Superintendencia de Industria y Comercio.
Por tal razón, en la Ley 1676 de 2013 se exige a los administradores de las sociedades comerciales la obligación de dejar constancia en la memoria de gestión anual, que no entorpecieron la libre circulación de las facturas emitidas por los vendedores o proveedores. Incluso exige que el Revisor Fiscal en su dictamen anual debe pronunciarse sobre el cumplimiento de lo anterior, por parte de la administración.
Esto permitirá a los proveedores utilizar con tranquilidad la herramienta del Factoring, que como mecanismo de financiación tenía obstáculos, al encontrar que algunas empresas no les permitían negociar libremente sus facturas para obtener liquidez.
Todo esto se debe a que la gran finalidad de la Ley 1676 de 2013, es actualizar el derecho de garantías mobiliarias colombiano y ajustarlo a los estándares internacionales, con el propósito de que las empresas tengan acceso a financiación mediante esquemas ágiles y flexibles, en donde podrán respaldar los créditos con sus inventarios o cuentas por cobrar, entre otros activos, recurriendo menos al crédito informal.
