La migración pendular hace referencia a las personas que residen en un lugar y trabajan o estudian en otro, por lo que tienen que desplazarse diariamente y regresar nuevamente a su hogar. Esta migración puede tomar un día o varios meses. Un claro ejemplo de este tipo de migración es el caso de Colombia y Venezuela, que comparten la frontera más larga de ambas naciones. Según cifras del Gobierno Nacional, en esta frontera, antes de la pandemia, transitaban diariamente cerca de 60.000 personas por los cruces oficiales. El traspaso de fronteras es muy común en todos los países, pues los habitantes de las ciudades cercanas aprovechan para cruzar el país vecino, hacer sus compras y regresarse el mismo día.
En Colombia ha sido muy habitual cruzar las fronteras de Venezuela y Ecuador para comprar diferentes productos, sobre todo gasolina, que se encuentra a precios más favorables en esos países. Esta situación genera un impacto económico para las ciudades que se encuentran más cercanas a la frontera, así mismo, puede llegar a generar un impacto negativo para el país que está recibiendo a los emigrantes.
Por ejemplo, en momentos que el país se ha encontrado en situaciones económicas complejas, como paros a nivel nacional, los ciudadanos que viven cerca a las fronteras se han abastecido con productos de Ecuador y Venezuela y de esta manera han sobrellevado la crisis. Así mismo, la situación actual de Venezuela ha obligado a que una gran de sus ciudadanos se desplacen diariamente hacia Colombia para abastecerse de productos y regresar a su país, esto sin tener en cuenta las personas que deciden quedarse y establecerse definitivamente. (¿Cómo se Reactivarían las Relaciones Comerciales entre Colombia y Venezuela?)
Esta migración diaria representa un beneficio para los que salen en busca de productos, como es el caso de los venezolanos, que a su vez benefician la economía de nuestro país, ya que gran parte del comercio de Cúcuta y otras ciudades fronterizas se mueve por ciudadanos de esta nación. Según la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL), la mayoría de los migrantes pendulares que cruzan la frontera hacia Colombia lo hacen para adquirir productos, en un 50% víveres, 37,5% medicinas y un 12,5% realiza sus compras en ropa y calzado. Comúnmente, estos movimientos pendulares se dan entre la población fronteriza, pero en el caso de Venezuela las migraciones se están produciendo desde todo el país. (El Efecto Positivo de la Migración)
Así mismo, de acuerdo con las cifras de CPAL, de los migrantes pendulares en Colombia, 42.7% trabajan como vendedores, 22.8% son empleados en oficinas, 15.2% son profesores, 9.9% hacen parte de la industria de la construcción y la metalurgia y 6.2% son transportadores. Así mismo, están los que trabajan en la agricultura, como la población de caficultores, que en tiempos de colecta migran a Colombia y luego regresan a su país.
arte del comercio de Cúcuta y otras ciudades fronterizas se mueve por ciudadanos de esta nación. Según la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL), la mayoría de los migrantes pendulares que cruzan la frontera hacia Colombia lo hacen para adquirir productos, en un 50% víveres, 37,5% medicinas y un 12,5% realiza sus compras en ropa y calzado. Comúnmente, estos movimientos pendulares se dan entre la población fronteriza, pero en el caso de Venezuela las migraciones se están produciendo desde todo el país. (El Efecto Positivo de la Migración)
Así mismo, de acuerdo con las cifras de CPAL, de los migrantes pendulares en Colombia, 42.7% trabajan como vendedores, 22.8% son empleados en oficinas, 15.2% son profesores, 9.9% hacen parte de la industria de la construcción y la metalurgia y 6.2% son transportadores. Así mismo, están los que trabajan en la agricultura, como la población de caficultores, que en tiempos de colecta migran a Colombia y luego regresan a su país.