Narendra Modi llega al cargo de primer ministro de la India y se genera gran optimismo a nivel mundial sobre su capacidad para devolver el potencial de la tercera mayor economía de Asia.
Las elecciones indias son el mayor proceso democrático del mundo. Se celebraron durante cinco semanas y registraron un índice récord de participación del 66,3%, con 551 millones de personas que depositaron su voto. Modi es el líder del Partido Bharatiya Janata (BJP), el segundo mayor moviento político de la India, que obtuvo la victoria sobre el Partido del Congreso Nacional que gobernó el país durante los últimos 10 años. BJP ha ganado 280 de los 545 puestos de los parlamentarios en las cámaras de representación, obteniendo mayoría absoluta.
El potencial de crecimiento de la India alguna vez fue comparado con el de China, en 1960 la economía india era un 20% mayor que la china, sin embargo en la actualidad es el 40% de esta. Una de las principales críticas que le hacen al Gobierno saliente son los pequeños avances para mejorar el entorno inversionista, al ser el único país entre los grandes emergentes, cuya posición competitiva medida según el Índice de Competitividad Global elaborado por el Foro Económico Mundial ha retrocedido entre 2006 y 2013. El crecimiento ha caído por debajo del 5%, y la inflación se ubica por arriba del 8%. La industria manufacturera se ha desacelerado y el déficit fiscal del país se ha disparado.
Fuente: Banco Mundial
Modi promete modernizar la antigua infraestructura de India y desarrollar el sector manufacturero. A diferencia de China, la economía de India se ha basado principalmente en los servicios, y su sector de manufacturas representa menos del 20% de la economía del país.
Si la economía de India empieza a reactivarse y crece rápidamente, tendrá impactos tanto positivos como negativos para América del Sur. A nivel favorable, un crecimiento económico rápido significará que India demandará más materias primas y esto implica un alza en el precio mundial, algo que beneficiará a los países sudamericanos que exportan productos como cobre, hierro y soya. En el aspecto negativo, una India pujante y con una economía más abierta competirá con Latinoamérica para conseguir inversiones extranjeras. Con un mercado de más de 1.200 millones de personas, India podría atraer a muchas empresas que de otra manera invertirían en Latinoamérica.
Asimismo, si Modi tiene éxito en su intento de ampliar el sector manufacturero del país, India se podría convertir en un competidor importante para México y para otros países latinoamericanos que exportan este tipo de producto.
Hasta ahora, muchas empresas internacionales se han mostrado reacias a invertir en India, entre otros aspectos, debido a la burocracia del país. Según el ranking de “facilidad para hacer negocios” del Banco Mundial, de 189 países, India ocupa el puesto 134. Para obtener un permiso de construcción en India hay que cumplir con 35 procedimientos legales, mientras que en Colombia se requieren 8, en México 11, en Chile o Brasil 15, y en Argentina 24, según el estudio del Banco Mundial “Haciendo negocios 2014”.
La recuperación económica y un gobierno sólido aumentarán la influencia de India en el contexto global, la perspectiva de un Gobierno dirigido por Modi ha impulsado las acciones indias un 15% en lo que va del año. La rupia ha respondido también, ganando 6% frente al dólar después de un pésimo desempeño en 2013.