Actualmente, la sociedad colombiana ha presenciado la transformación del papel moneda utilizado en las transacciones del día a día. Esto ha conllevado la eliminación del billete de $1.000 pesos y el surgimiento del de $100.000, situación que ha acarreado críticas, pero que se sustenta en bases económicas y de seguridad.
Foto: Banco de la República
A pesar de que se ha emitido una nueva gama de papel moneda en el mercado nacional, los anteriores billetes, que aún son la mayoría en la economía, tienen en promedio 18 años de circulación sin haber contado con importantes modificaciones. Contrariamente, Bancos Centrales toman la decisión de actualizar cada 10 o 12 años sus billetes, en pro de evitar fraudes atados a la falsificación de la moneda, situación no tan común en Colombia. De esta forma, en los últimos años, países como Perú, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Suecia y la zona Euro han efectuado cambios en sus billetes.
Sin embargo, a pesar de que la seguridad ante la falsificación es un importante factor, la puesta en marcha de un nuevo billete de máximo valor de $100.000 y el desvanecimiento de los tres ceros de todo el papel circulante, son los verdaderos protagonistas en este cambio, dado el rol que cumplen y las expectativas que se tienen.
De acuerdo con el análisis realizado por el Banco de la República, en función del ingreso per cápita, el monto del salario mínimo y el impacto de estas dos variables sobre el valor de las transacciones, la economía nacional necesita la inclusión de billetes de mayor denominación. Cabe resaltar que el billete de $50.000 pesos fue emitido en el 2.000, año en el que el PIB per cápita era de US$2.000 y el salario mínimo de $260.000 pesos. No obstante, para 2015, el salario mínimo de un colombiano era de $644.000 pesos y el PIB per cápita alcanzaba los US$6.000 dólares, es decir, dichos factores se triplicaron y duplicaron en este lapso, indicador fundamental para la decisión de insertar este nuevo valor de papel moneda en la economía nacional.
Además, el concepto de pérdida de valor en el tiempo es otro factor importante para la toma de dicha decisión, pues, aunque genere una sensación popular de depreciación del peso, en el mediano plazo su impacto será positivo para la economía.
Por su parte, además del billete de $100.000, todo el papel moneda que entrará en circulación contará con la particularidad de no incluir los tres ceros, es decir, se visualizará su denominación como 100 mil, 50 mil, 20 mil, etcétera. Esto, según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, está encaminado a que los tres ceros del peso se eliminen hacia el futuro, sin generar costos adicionales. No obstante, la transición hacia estos nuevos pesosse decide en el Congreso de la República.
Esta transición también contaría con un impacto psicológico atado a la sensación de pérdida de valor.Sin embargo, la problemática de la situación no sería esta, pues los productos o servicios que se compran y se venden lo conservan. No obstante, crearía la necesidad de expedir monedas de baja denominación con el fin de facilitar el pago en cantidades exactas.
En conclusión, el cambio en el papel moneda nacional cuenta con bases sólidas que mitigan los impactos negativos que pueda conllevar la medida, pasando a efectos psicológicos que, tras el proceso de acoplamiento de los cambios por parte de la sociedad, traducirá en beneficios en el mediano plazo para la economía colombiana.
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