A lo largo del último siglo, el cine ha tenido gran influencia en el mundo del entretenimiento, generando ganancias enormes y deleite entre sus asistentes, gracias a los efectos y sonidos de las salas, que permiten un disfrute especial para los amantes de las películas.
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No obstante, con la llegada de las nuevas tecnologías, se han abierto opciones diferentes a los teatros para disfrutar de los filmes. Netflix, por ejemplo, es pionero del streaming, servicio que constituye la principal alternativa para apreciar contenido audiovisual de calidad.
Así mismo, HBO, Amazon Prime Video y Disney son algunas de las plataformas que pujan por liderar la producción tanto de series, como de películas, lo cual ha desatado una competencia feroz entre ellas, representando, además, una amenaza para la industria de cine tradicional, ya que las personas pueden acceder a múltiples contenidos a través de televisores, tablets, computadores y teléfonos celulares.
Los cambios, por supuesto, generan controversia, pero estas plataformas revolucionaron el modo en que se consume la industria del entretenimiento. En este orden de ideas, el cine se ha visto afectado, por lo que surge la inquietud de si estos servicios llevarán al séptimo arte a la extinción. La respuesta, sin embargo, es no.
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En primer lugar, Hollywood se ha concentrado en producir películas accesibles y más rentables, por lo que su apuesta recae en las secuelas y las franquicias, que constituyen estrenos con una aceptación casi asegurada, como ocurre con las sagas de cómics, entre ellas Los Vengadores, cuya última entrega, Endgame, se convirtió en la película de mayor recaudación en la historia del cine.
Gracias a este tipo de estrategias, el público sigue disfrutando de la experiencia de ir a las salas, lo cual, sumado a la reinvención de los cines, con formatos 4D y IMAX, permite que esta experiencia tradicional tenga nuevos beneficios y comodidades.
De igual forma, la industria tradicional conserva la ventaja en cuanto al mercadeo de los estrenos, creando mayores expectativas en los meses previos al arribo de una cinta a las salas de cine.
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En conclusión, el formato tradicional de cine no debe descuidarse, ya que las grandes plataformas ofrecen al espectador una infinidad de películas y series de calidad internacional, con estrenos y estrategias de mercadeo cada vez más cercanas a las de Hollywood. Por este motivo, resulta indispensable que estén preparados e inviertan en producciones audiovisuales, efectos, repartos, tecnologías para las salas y contenidos de alta calidad. Al final, queda claro que el cine debe adaptarse a los cambios de la humanidad, tal como ocurrió con la llegada de los televisores a las casas.
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