Invitado por el presidente francés, Emmanuel Macron, el anfitrión de la reunión del G7, arribó el ministro de relaciones exteriores iraní, Javad Zarif, hecho que sorprendió a todos los asistentes. Macron buscaba alivianar las tensiones entre Irán y Estados Unidos y propiciar las conversaciones sobre la tenencia de armas nucleares.
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El G7 es una organización económica intergubernamental en la que participan los países democráticos más ricos del mundo: Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido. En 2018 estos siete países representaron el 46% del PIB mundial, acumulando $317 trillones de dólares.
En cuanto a la disputa nuclear, el expresidente de EE.UU., Barack Obama, había levantado algunas sanciones a Irán en 2016. En el pacto reposaba el compromiso de Irán de no fortalecer su armamento nuclear y por consiguiente se levantaban las restricciones económicas, por lo que pudo reanudar el comercio de petróleo con China e India.
Recientemente, la prensa mundial publicó la dificultad de retomar las negociaciones, pues manifiestan que el presidente Trump maneja la política exterior con este país de la mano del primer ministro israelí, Bejamin Netanyahu. Recién posicionado, Trump reconoció la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, lo que supuso una alianza estrecha entre los dos países.
El primer ministro israelí ha expresado públicamente que su objetivo consiste en debilitar a Irán mediante el aislamiento diplomático, sanciones económicas y militares, buscando apartar la atención de la ocupación de los territorios palestinos y de la expansión de la colonia israelí.
En cualquier caso, Irán apareció en el G7 poniendo condiciones. Afirmó que de la única manera de sentarse a dialogar con Estados Unidos es que se levanten las sanciones económicas y que la nación norteamericana ingrese al Plan General Conjunto de Acción, JCPOA, contra el armamento nuclear firmado en Vienna en 2015 y del cual se retiró en el 2018. Cabe resaltar que Irán expresó que tampoco cumplirá el acuerdo pactado.
Ante la aparición sorpresiva del mandatario iraní, Donald Trump aprobó el diálogo entre Francia e Irán, pues hay unidad en el G7 en contra del armamento nuclear mundial. Este tono concialiador se dio después de que Macron y la primera ministra alemana, Angela Merkel, confirmaran que están de acuerdo en que Irán no debe tener nunca un arma nuclear.
Según analistas políticos de Estados Unidos, es posible que se sienten a negociar, pero sin levantar las sanciones, pues, a pesar de la solicitud del ministro iraní, no consideran que esté en condiciones de exigir, dado sus incumplimientos. De la misma manera, Trump ha demostrado que su estilo de negociación es golpear muy duro al adversario para después ceder un poco. Quizás lo que estemos viendo en este momento es una tensión previo a un diálogo entre ambos países.