Hace tres años cuando los argentinos eligieron a Mauricio Macri como presidente todo apuntaba a que una de las economías más grandes de Latinoamérica iba a renacer. Sin embargo, el peso argentino se ha devaluado más de 20% este año (una devaluación igual en el peso colombiano representaría un alza de 560 pesos) y la tasa de referencia se ubica en 40%.
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Macri subió al poder con el compromiso de implementar reformas estructurales que saquen al país de la crisis ocasionada por las políticas económicas de izquierda que ejecutaron durante 12 años de mandato Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
Para recuperar las finanzas públicas, Macri desmontó las medidas proteccionistas impuestas por sus predecesores al gas, agua y energía, dándole bienvenida a los inversionistas. El congelamiento de los precios hizo que Argentina pasara de ser exportador de energía a ser importador y tuvo que subsidiar a los hogares para evitar un desabastecimiento, afectando negativamente las finanzas públicas.
Otra de sus reformas fue el régimen pensional, rubro que en 2015 significaba aproximadamente el 50% del presupuesto nacional. La implementación de estas medidas ha sido difícil, debido a que muchos parágrafos no han sido aprobados por el congreso.
Sin embargo, el año pasado los inversionistas internacionales aprobaban la gestión de Macri y Argentina logró colocar en el mercado un bono a 100 años, como sólo lo tienen los gobiernos estables y más poderosos a nivel mundial.
Pese a esto, en el presente año las condiciones externas avivaron la crisis local. La peor sequía de los últimos tiempos afectó las cosechas de soya, una de las exportaciones más importantes del país, junto con las ciruelas y los duraznos. Los ingresos provenientes de las exportaciones constituían un arma clave para la recuperación del déficit fiscal que no se pudo utilizar dadas las condiciones climáticas.
Por otro lado, los argentinos están cansados de las medidas de austeridad y han salido a las calles para protestar contra posibles reformas adicionales.
En el ámbito internacional, el fortalecimiento del dólar gracias a la subida de tasas de la FED ha afectado las finanzas públicas, ya que, como la mayoría de países emergentes, gran parte de su deuda se encuentra denominada en dólares; por tanto, si la moneda local pierde valor, el servicio a la deuda aumenta.
Muchos analistas coinciden en que Mauricio Macri debe luchar por sacar adelante las reformas que permitan mantener la confianza inversionista y sanear las finanzas públicas. Sin embargo, con el viento local en contra tendrá un mayor reto del que hasta ahora ha enfrentado.
Analistas de Bank of America aseguran que es poco probable que a Colombia llegue algún coletaje de la crisis argentina, pues los inversionistas presentes en el país tienen un perfil de inversión de mayor estabilidad y no suelen tomar decisiones precipitadas basadas en sentimientos de mercado de corto plazo, sino en fundamentales que, a juicio de los principales bancos, continúan siendo favorables en el país.
