Las elecciones de representantes del sector público, bien sea regionales, departamentales o nacionales, generan gran expectativa en cualquier nación. Sin embargo, un caso contrario se observó en Venezuela, donde las contiendas presidenciales del pasado 20 de mayo bajo el régimen de Nicolás Maduro, ya tenían un ganador, situación conocida con antelación por la comunidad internacional. La pregunta era ¿qué viene después? y ya empieza a tener respuesta..
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Después de las elecciones en las que votaron 8.603.936 ciudadanos venezolanos, el Consejo Nacional Electoral de ese país informó que el 68% del escrutinio favoreció a Maduro, el 21,2% al exchavista Henri Falcón y un excedente menor al pastor evangélico Javier Bertucci. Los problemas detrás de estos resultados, según expertos, radican en el nivel de abstención, que alcanzó el 53%, dado que el total de votantes potenciales en Venezuela se acerca a los 20 millones. La falta de garantías ante rivales poco reconocidos tras la ausencia de las principales figuras opositoras por la opresión estatal, la prohibición de la participación de algunos partidos políticos, la manipulación realizada a través de la entrega de alimentos subsidiados y bonos a los votantes, y la manipulación de los tribunales y el Consejo Nacional Electoral son algunas de las causas que explican la abstención.
Estos factores llevaron a la comunidad internacional a declarar ilegitimas las elecciones y a mostrar su descontento mediante la ampliación de sanciones económicas y diplomáticas. Entre los pronunciamientos resalta el caso de Estados Unidos, quien prohibió a cualquier ciudadano, institución o empresa estadounidense adquirir deuda venezolana o activos y propiedades pertenecientes al Gobierno de Venezuela. Así mismo, limitó al ejecutivo chavista la venta de deuda y activos públicos en su territorio, con el fin de evitar el pago de sobornos (Ver: Clima, Tensión Política y Militar Nuevos Determinantes en el Entorno Económico).
Otro bloque que se manifestó fue el de los expresidentes de los países iberoamericanos, liderado por los españoles José María Aznar y Felipe González, a los que siguieron otros 21 exmandatarios. Su llamado fue a descocer los resultados de las elecciones, suspender sus embajadas y acordaron a través de la Iniciativa Democrática de España y las Américas, IDEA, denunciar ante el Tribunal Penal Internacional los casos de tortura y violaciones masivas y sistemáticas de los Derechos Humanos en ese país.
Por su parte, los 14 países que conforman el Grupo de Lima, GL, tampoco aceptaron los resultados y engrosan el número de naciones que retiran sus embajadores de Venezuela, que ya son 15. Acordaron, además, presentar en el marco del 48° periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos una nueva resolución sobre la situación en Venezuela. Entre tanto, trabajarán en dos frentes: social, con el estudio del incremento de la migración y el impacto sobre toda la región, y con acciones en materia de salud pública para fortalecer la cooperación y atender la emergencia epidemiológica. Para esto ha convocado una reunión de alto nivel en junio con las autoridades responsables en cada caso (Ver: ¿Por qué Colombia Planteó un Plan de Salvamento para Venezuela?).
En el otro frente, los países del GL informaron que cada uno emitirá y actualizará circulares o boletines nacionales que transmitan al sector financiero y bancario el riesgo en el que podrían incurrir si realizan operaciones con el gobierno de Venezuela que no cuenten con el aval de la Asamblea Nacional de ese país. Además, decidieron coordinar acciones para que los organismos financieros internacionales y regionales eviten otorgar préstamos al Gobierno de Venezuela, debido a la inconstitucionalidad de adquirir deuda sin el aval de su Asamblea Nacional. Este punto tendría una excepción cuando el financiamiento sea utilizado en acciones de ayuda humanitaria.
En el caso de Europa, el presidente de España, Mariano Rajoy, aseguró que su país estudiará las medidas oportunas en el marco de la Unión Europea, asegurando que el proceso no cumplió las normas democráticas mínimas. Por su parte, Australia hizo una invitación a dialogar, mientras que Inglaterra y Alemania también desestimaron las elecciones. Finalmente, la ONU se limitó a declarar que se mantiene expectante en el caso de Venezuela, especialmente en los asuntos de migración y seguridad de los detenidos políticos (Ver: ¿Cuál es el Efecto Real de la Migración Venezolana?).
Por ahora, son pocos los países que apoyan los resultados de las elecciones venezolanas: Salvador, Cuba, Bolivia, China y Rusia se destacan. Lo anterior deja ver que la ruta de escape de Maduro serían los rusos y los chinos. Al tiempo, por sanción le podría llegar la prohibición de venta de petróleo en el país norteamericano y en caso extremo una intervención militar, una opción que Estados Unidos no descarta. En palabras de expertos en relaciones internacionales, las actuales medidas en contra de Venezuela no tendrán mayores incidencias, excepto en causar una mayor depreciación de su moneda y una posible confirmación de default, lo que terminaría por transformar el mapa económico del vecino país con China y Rusia.
