Con un referéndum, Escocia se jugó el pasado jueves 18 de septiembre su futuro. 55,3% de los votantes le dijeron “no” a la independencia del Reino Unido, mientras el restante 44.7%, aproximadamente 1.600.000 de escoceses, hicieron manifiesta su inconformidad con las decisiones y políticas que en Londres se toman para la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. De los 24 distritos que componen a Escocia solo en cuatro ganó el “sí”, Dundee City, West Dunbartonshire, North Lanarkshire y en Glasgow City (principal ciudad de Escocia), en particular estas zonas cuentan con el nivel más alto de paros en las últimas décadas por el cierre de empresas.
Edimburgo, capital de EscociaFoto: commons.wikimedia.org Autor: (Ulayiti)
Escocia firmó en 1.707 el Acta de Unión con Inglaterra para constituir la Gran Bretaña y aunque ha conservado su sistema legal, posee un parlamento y un sistema educativo diferenciado, las decisiones políticas y económicas más importantes son tomadas por el Parlamento Británico. Escocia es un país rico en términos per cápita, aunque gran parte de su riqueza se sustenta en el petróleo del mar del norte y no se tiene certeza de cuantas reservas se conservan aún, pero el hecho de ser parte de una nación más grande hace que sus rentas se distribuyan entre más personas.
La decisión de los escoceses estuvo fuertemente influenciada por los anuncios, que días antes de las votaciones, hicieron algunos bancos y empresas importantes asentadas en Escocia, de ante una eventual ganancia del “sí” trasladar sus empresas a Londres o realizar cambios en las condiciones de operación y participación en el mercado, y también por el temor a todas las implicaciones económicas que una separación del Reino Unido hubiese acarreado, preocupaba principalmente el tema de la moneda.
Con esta decisión los escoceses y el Reino Unido dieron una muestra de participación democrática y de civismo. El Parlamento Británico, sin duda, tiene una responsabilidad enorme para responder a las reivindicaciones por las que clama cerca de la mitad del pueblo escocés. Se ha prometido para Escocia mayor autonomía en materia económica, sobretodo en el tema de los impuestos, una devolución de poderes en el tema político y mayor participación en las decisiones de carácter central.
Al Reino Unido evitar el traslado de su base nuclear que hoy se encuentra en Escocia, deberá asumir posibles requerimientos de los otros países miembros, que ante los beneficios que se espera sean concedidos a los escoceses seguramente clamen por la igualdad. Tal vez este resultado influya también en otras regiones europeas, desincentivando movimientos independentistas, pues se notó la presencia de delegaciones de Cataluña en el desarrollo del referéndum, y también se han escuchado propuestas de secesión en Italia y Alemania.
Se espera que el número de votantes que clamaban por la independencia no sea ignorado y que las promesas hechas en el periodo pre-referéndum permanezcan en pie, aunque seguramente muchas de ellas serán postergadas al menos hasta después de las próximas elecciones que serán en nueve meses.
