Las cuestionadas reformas tributaria y agraria serán unos de los retos más grandes que deberá enfrentar el nuevo Parlamento colombiano. Varios proyectos en curso, pero que no han sido tramitados, otros más que se presentarán y deben estructurarse; son las tareas que tendrá que resolver el Congreso en los próximos 4 años.
Capitolio Nacional, Sede del Congreso de la RepúblicaFoto: commons.wikimedia.com (Autor: Rikimedia)
El discurso del presidente Juan Manuel Santos en la instalación del Congreso el pasado 20 de julio generó sorpresa porque entre los proyectos que destacó no mencionó la reforma tributaria. El manejo de los impuestos en Colombia ha tenido grandes controversias, caso puntual es el impuesto al patrimonio, que ha desatado debate entre los principales sectores económicos del país, pues muchos estiman que el aumento del pie de fuerza del que habló, será imposible de cobrar sin mantener dicho impuesto. El ministro de Minas y Energía, Amilkar Acosca, reconoció que estos recursos son necesarios, para que las fuerzas armadas tengan la capacidad de enfrentar la amenaza terrorista en contra de la infraestructura petrolera.
Opinión contraria a la del ministro posee el saliente director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, quien ha manifestado que continuar cobrando el impuesto al patrimonio “es una sandez”. Ortega argumenta su desacuerdo, basándose en que la Dian no puede seguir cobrándole impuestos a los mismos. “El impuesto al patrimonio le pega a Ecopetrol; son nuestros dividendos. También, al Acueducto, a ISA, a Isagén, a EPM, y a otras. Miren quién está pagando. Uno no puede seguir cobrándolo. Tiene que cobrarse a quien debe pagar plata”.
Es prioridad del congreso adelantar este tema, pues sólo está vigente hasta este año. El impuesto fue creado con el fin de conseguir recursos fiscales para mantener un nivel aceptable de inversión pública y garantizar la continuidad de programas económicos y sociales.
Otro de los planteamientos de la reforma tributaria que genera incertidumbre es el desmonte gradual del 4 por mil, que parece continuar tal cual, según recientes declaraciones del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. La idea de que el impuesto pasara a ser del dos por mil entre 2014 y 2015, de uno por mil entre 2016 y 2017, y de cero por mil en 2018, no sería del todo aplicable, pues el nuevo planteamiento del gobierno es mantener el 4 por mil durante un período más. La medida se basa, según el gobierno, en recaudar recursos para poder financiar los pactos que se han planteado con el sector agrícola.
Por otro lado, la reforma agraria es uno de los temas más importantes a tratar en el Congreso, siendo el sector agro uno de los más inconformes del país. Las iniciativas que buscan promover el desarrollo del sector agropecuario, como son la ley del desarrollo rural, la ley de baldíos y la ley de formalización para la propiedad; se están emprendiendo actualmente, pero se sumarán tres más en los próximos meses.
El agro es el sector de la economía que más proyectos tiene en el Congreso de la República, pero aún así varios líderes del campo y analistas del sector coinciden en que no se ve una apuesta clara, debido a los diferentes obstáculos que se presentan.
En materia de economía varias son los proyectos que se cocinan en el congreso colombiano, y sus representantes deberán dejar a un lado sus diferencias para tomar medidas que respondan a las expectativas de los intereses públicos.
