Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se llevan a cabo de una manera muy diferente a como se elige en Colombia, pues no necesariamente gana quien obtiene la mayoría de los votos populares, sino el candidato que obtiene el mayor número de votos electorales.
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De esta forma, el sistema electoral norteamericano es indirecto, pues la ciudadanía no vota al candidato a presidente, sino a un grupo de electores, quienes eligen al presidente. A cada uno de los 50 estados, más el distrito de Columbia, se les asigna un cierto número de electores. En las mayorías de los casos, los estados conceden la totalidad de sus votos electorales al candidato que obtiene la mayoría absoluta de los votos populares, a excepción de Maine y Nebraska, que distribuyen el voto electoral de forma proporcional entre cada candidato, de acuerdo con el porcentaje de votos populares obtenido. ¿Tiene Trump la Reelección Garantizada? (Podcast)
Los electores representan a cada partido, es decir, en cada estado se vota por la lista de electores, ya sea Republicano o Demócrata. Cada estado tiene asignada una cantidad de electores, que suman 538 en todo el país, por lo que, para alcanzar la presidencia, el candidato necesita lograr la mitad más uno de este total, es decir, 270. Sin embargo, los votos no siempre coinciden con el voto popular, pues los electorales, o compromisarios, son los que en su nombre votarán directamente por el presidente de la nación. En otras palabras, son los encargados de emitir votos electorales en nombre de los ciudadanos.
Previamente a esta situación, las elecciones presidenciales atraviesan varias etapas: la primera consiste en la postulación de los aspirantes para representar a los partidos en la carrera por la presidencia, en las conocidas elecciones primarias.
Este sistema de nominación se realiza en cada estado durante los seis primeros meses del año electoral.
Después de celebradas las primarias, los partidos celebran su acuerdo nacional y anuncian de forma oficial al candidato a la presidencia, que a su vez elige a su compañero de fórmula vicepresidencial.
Una vez designado el candidato a presidente y vicepresidente de cada partido, se da paso a la elección presidencial, que se lleva a cabo el primer martes, después del primer lunes de noviembre. En esta, los ciudadanos mayores de 18 años registrados se acercan a las urnas y eligen a los compromisarios mediante un sistema de colegios electorales.
Este sistema electoral indirecto ha generado descontentos en diferentes momentos de la historia, en los que el candidato con más votos populares no ha resultado elegido. Por ejemplo, en el año 2000, George Bush fue elegido presidente con 271 votos electorales, a pesar de que, Al Gore, su contendiente, fue quien obtuvo la mayoría de los votos populares, superándolo por 450.000 votos.
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