La situación en la central hidroeléctrica Hidroituango ha sido descrita por la procuradora general Margarita Cabello como una “contingencia controlada, más no superada”. Durante su visita a la central a comienzos del mes de abril, Cabello verificó el funcionamiento de las cuatro turbinas operativas, que actualmente generan el 10% de la energía del país, y examinó el progreso en la construcción de las cuatro turbinas adicionales.
La importancia de Hidroituango radica no solo en su capacidad de generación actual, sino en su potencial para aumentar significativamente la producción eléctrica una vez las ocho turbinas estén operativas. Esto contribuirá a reducir la dependencia de otras fuentes de energía y fortalecerá la resiliencia del sistema eléctrico nacional.
Sin embargo, la situación en Hidroituango también implica riesgos considerables, especialmente para las comunidades ubicadas aguas abajo de la central. Las contingencias que han surgido durante la construcción y operación de la hidroeléctrica subrayan la necesidad de una gestión rigurosa y una vigilancia constante. Las poblaciones cercanas podrían enfrentar graves consecuencias en caso de fallas estructurales o de manejo inadecuado de las aguas retenidas.
El aumento de las lluvias representa un riesgo significativo para la central hidroeléctrica Hidroituango y las comunidades aguas abajo, ya que el exceso de agua puede poner a prueba la capacidad de los sistemas de contención y manejo de la central. Un incremento en el caudal del río podría provocar desbordamientos o fallos estructurales similares a los ocurridos en la región de La Mojana, donde las inundaciones resultantes de lluvias intensas causaron daños extensos y desplazamiento de poblaciones.
Lea también: Colombia podría enfrentar un déficit de energía en firme para satisfacer la demanda para 2028