Gracias a un grupo de científicos de Colombia y Suiza, se logró modelar un mapa que permite identificar las zonas colombianas de producción de palma de aceite con bajos impactos en la biodiversidad. Generalmente el cultivo de esta planta se asocia a la destrucción de bosques, emisión de CO2 y pérdida de fauna.
Sin embargo, gracias a este nuevo estudio, se encontró que en Colombia la palma de aceite no afecta a los animales y que “su expansión puede ser sostenible”. De acuerdo con John García Ulloa, uno de los cuatro autores de la investigación, “alrededor de la palma hay muchos mitos, porque es un tema que genera muchas emociones y rechazo inmediato, por sus impactos. Ya es una fama adquirida y queríamos ver cuál era la situación con especies amenazadas en Colombia”.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Biological Conservation, donde se afirma que “las áreas de idoneidad para la palma aceitera se encuentran principalmente en las llanuras bajas, en lugar de las áreas de topografía compleja donde la mayoría de los vertebrados endémicos y amenazados se encuentran”.
Natalia Ocampo Peñuela, autora principal, añade que “hay algunas áreas de conflicto, como el piedemonte amazónico, en el Caquetá y en Putumayo, donde la tierra es apta para la palma, pero tienen una alta concentración de especies amenazadas, por lo que, desde el punto de vista de conservación, no es recomendable que se expandan allí”.