La supresión temporal del gravamen al consumo fue una de las medidas que impulsó el gobierno nacional desde 2020 para aminorar el impacto que estaban teniendo en algunas actividades comerciales las restricciones de contacto social, sin embargo, a partir del 1 de enero 2022 se volvió a implementar la tarifa que corresponde a un 8% sobre el consumo en restaurantes, bares y otros negocios que no hacen parte del Régimen Simple, algo que puede tener un efecto negativo en la recuperación de las ventas y los empleos del sector que fueron impulsadas en el 2021 por el aumento en el gasto de los hogares.
Se cree que los servicios de comidas serán una de las actividades más afectadas por el regreso del impuesto, de acuerdo con cálculos de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), los precios al consumidor final podrían verse incrementados hasta en un 27%, teniendo en cuenta que también se esperan afectaciones derivadas de la mayor presión inflacionaria sobre los alimentos y el alza de los arriendos y los servicios públicos.