El 2015 fue seguramente uno de los peores años para la historia de los arroceros colombianos, los motivos estuvieron ambientados por dos razones. De un lado, el incremento de la tasa representativa del mercado, TRM, hizo que los insumos importados, tales como: semillas y demás agroquímicos, aumentaran su valor. Por otro lado, el fenómeno de El Niño daño gran parte de las cultivos y suspendió las siembras.
Sin embargo, los dos factores anteriores estaban fuera del alcance de las autoridades administrativas del sector e incluso del mismo gobierno nacional. Pero, lo que sí estaba al alcance era la previsión de inventarios del grano y fue en este sentido que el Consejo Nacional de Arroceros, CAN, falló al anunciar que Colombia requería importar 200 toneladas de arroz para suplir la demanda interna. Viendo las condiciones, la idea se ejecutó y ahora los altos costos de la producción interna, que se recupera con prontitud, no podrán competir con el precio del grano importado, que además ingresa con privilegios arancelarios por el TLC celebrado con Estados Unidos.
La preocupación de los productores de arroz, no termina ahí. Se le suman los problemas asociados a la cantidad del grano que entra de forma ilegal por Ecuador y Venezuela, a pesar del cierre de la frontera con este último país. Tan sólo en los primeros días de mayo dos cargamentos fueron incautados en el Vichada, uno de ellos con 25 toneladas de arroz pelado. Por ahora, los gremios del sector deben aceptar, que están siendo víctimas de sus propias decisiones.
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