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Desde 2014 el país se encontraba realizando investigaciones sobre híbridos de maíz, de acuerdo con la Federación de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce) estos desarrollos se estuvieron haciendo de la mano del grupo de Ingeniería Genética de Plantas de la Universidad Nacional de Colombia y el Fondo Nacional Cerealista (FNC). Este año el proyecto tuvo un logro importante y fue la primera semilla transgénica de maíz lista para la siembra.
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) a través de la Resolución 13025 autorizó la siembra de este tipo de semillas en el Valle del Cauca, Magdalena, la Orinoquia y la zona cafetera, ya que cuentan con altitudes entre los 1.200 a los 1.800 metros sobre el nivel del mar.
El propósito principal de este tipo de cultivos genéticamente modificados es mejorar la resistencia a las plagas y si bien es un avance para los cerealeros, esto representa una amenaza para el sector agroquímico, pues las características de la semilla les permiten la tolerancia a los insectos lepidópteros.
A nivel global, los cultivos transgénicos en 2018 totalizaron los 190 millones de hectáreas y los países que concentraron estas siembras fueron Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, India y China. Estos avances representan una oportunidad para los cultivadores colombianos pues pueden acceder a cultivos más resistentes y con mayor rendimiento.