En el mundo la búsqueda de energías alternativas a la energía fósil ha venido ganando terreno. Destacan aspectos que van desde el desarrollo de paneles solares y la energía eólica, hasta la geotérmica y los biocombustibles. Estas últimas, generadas a partir de los procesos con la caña de azúcar, el maíz, el sorgo y la yuca, en el caso del etanol; y de la palma africana, el girasol y el colza en el caso del biodiesel.
Según el reciente informe de Ernst & Young, en Colombia los biocombustibles, Etanol y biodiésel representan el 1,14% del total de la producción energética interna. El restante de la producción energética se concentra en la oferta de petróleo con el 28.49%, el gas natural con 16.89%, el diésel con 11.55%, la hidroenergía con el 8.52%, la energía eléctrica con el 7.87%, el carbón mineral con el 6.46%, la gasolina de motor con el 6.13% y el kerosene con el 2.12%; que en total corresponden al 88.03% del total de la producción interna de energía.
En relación al biodiésel y el alcohol, entre 2009 y 2012 la producción de estos energéticos aumentó en un 8% y 124%, respectivamente, por el contrario el crecimiento del diésel en el mismo periodo reportó un crecimiento del 31%. Lo anterior ha hecho que el país se consolide como uno de los líderes en la producción de biocombustibles en Latinoamérica, después de Brasil y Argentina. La producción inició en el año 2005 con el bioetanol a partir de la caña de azúcar y luego en 2008 entro el biodiésel derivado de la palma africana, que participa con el 59% de los biocombustibles producidos en el país.
Fuente: Datos de Renewables Energy Policy Network. Elaboración de Sectorial.co