La refinería de Cartagena se encuentra envuelta en un entorno de dudas y corrupción. No obstante, las esperanzas en que su aporte a la industria nacional sea significativo siguen vivas, así lo determina el informe “Reficar y su impacto macroeconómico”, de la Institución Nacional de Instituciones Financieras (ANIF).
La meta trazada consistía en tener a Reficar en plena operación para el mes de marzo del actual año. Sin embargo, tras un año de atraso en la entrega, y de necesitar el doble de la inversión planeada inicialmente, en noviembre de 215 inició sus operaciones. Según ANIF, el gran objetivo del proyecto es duplicar la capacidad de refinación de la planta, superando la cifra de 80.000 barriles por día, para alcanzar 165.000 bpd, a partir de 26 nuevas unidades de procesos y servicios industriales. Este aumento en producción se explica por el aumento de un 75% a 95% en la capacidad de conversión o refinación de productos.
Dada la posibilidad de expansión del 7% en la cadena petroquímica nacional con la entrada de Reficar, ANIF plantea crecimientos en la refinación entre el 13% y 15% y en la industria 3%, cifra menor a lo esperado por el Gobierno Nacional, el cual proyecta un 7%. Adicionalmente, según lo plasmado en el informe, el déficit comercial puede ser reducido ante la plena operación de Reficar en un 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB), ya que, gracias a las menores importaciones de gasolina y las mayores exportaciones de productos refinados.
Por otro lado, ANIF propone direccionar la estrategia de reindustrialización hacia la localización de parte de la producción manufacturera hacia las costas colombianas, la creación de clusters regionales y la migración hacia sectores industriales de mayor productividad.
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