La Superintendencia de Industria y Comercio objetó el pasado viernes la compra del negocio de combustibles de Exxonmobil por parte de Terpel, aludiendo al potencial restrictivo que tiene este movimiento empresarial en las condiciones de competencia de la distribución de combustibles en el país.
Sin embargo, la Superintendencia, en el mismo comunicado autorizó a la compañía Terpel la compra del negocio de lubricantes de otra de las compañías con la condición de vender a un tercero la única planta de producción, en la cual se incluyen marcas de lubricantes como Maxter y Maxter Progresa. La entidad gubernamental busca garantizar las condiciones de competencia en este sector.
Paralelamente, la empresa de origen colombiano deberá levantar la exclusividad pactada con estaciones de servicio, dado que este es un canal de comercialización muy relevante para la venta de lubricantes de uso vehicular.
De no cumplirse con la decisión de la SIC, las compañías podrían incurrir a sanciones de hasta 100 mil salarios mínimos legales mensuales por cada infracción.
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