Bien sea como hospital, clínica móvil, punto de emergencia instantáneo, sala de comunicaciones e internet, punto de atención bancario o como alojamiento en lugares aislados – caso de la industria extractiva: petróleo, carbón y oro-, son apenas algunos de los usos que puede tener la más reciente creación tecnológica inmobiliaria 100% nacional: los edificios rodantes.
El proyecto que inició en 2015, logró dotar con absoluta autonomía las instalaciones de un edificio rodante en términos de electricidad, agua y con espacio para 20 personas. Además cuenta con tres aires acondicionados y un punto de televisión en el segundo piso, mientras que el primero cuenta con dos puntos de televisión y un pequeño aire acondicionado. En cuanto al sistema de baños, cuenta con un sencillo sistema de extractores. La construcción del edificio rodante tiene la estructura en aluminio y hierro y es conectado por un sistema de tuberías que permiten la distribución de agua desde el tanque principal y de la luz eléctrica desde una planta energética básica.
A nivel de extensiones, el edificio mide 4 metros de alto, 13 de largo y 2.5 de ancho, tiene ruedas y es fácilmente remolcable. Ya en firme, se puede desplegar y conseguir espacios internos que superan los 20 metros cuadrados. Por ahora la creación seguirá en fase de prueba en cuanto a funcionamiento, precisión y perfeccionamiento, para luego pasar a la fase de protección bajo patente y por último aplicación real, donde sería de alto valor en eventos como la reciente avalancha de Mocoa, Putumayo.
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