La Organización Mundial de la Salud manifestó su prioridad por impulsar el bienestar emocional de las personas en la próxima década. Es por esto que el cuidado ya no es solo una experiencia superficial sino también de la mente.
El incremento de la desigualdad de género, las redes sociales y los medios de comunicación, han generado un aumento progresivo en la depresión y la ansiedad de las mujeres, al realizar comparaciones virtuales, cuerpos perfectos y demás.
En este orden de ideas, las estrategias de marketing de las marcas cosméticas han evolucionado a la desconexión del mundo físico y la apuesta por la estabilidad emocional y la autoestima. De acuerdo con Lotte Tisenkopfa, fundadora de la marca Mádara, “la tendencia cosmética del futuro será el well-being”.
John Tsagaris, experto en medicina china, asegura que los cosméticos terapéuticos, esencias, aceites y demás, “pueden incrementar la energía y aumentar la capacidad del organismo para soportar el estrés, la fatiga y los desequilibrios emocionales, además de mejorar la apariencia de bolsas, ojeras, rojeces, arrugas, cansancio y demás efectos de estas emociones”.
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