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Es innegable que el principal reto en materia energética para la economía colombiana es la transición de combustibles fósiles a fuentes más limpias y renovables. Pese a que los avances en este frente no son del todo alentadores, según información de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), el país es líder en el índice de Transición de Energía (ETI), ocupando la posición 34 entre 115 países clasificados, ubicándose por encima de Canadá, México, Perú y Brasil.
Según relató Carlos Leal, presidente de la junta directiva de Acipet, en el último foro de energías renovables, aplicadas al sector de hidrocarburos, la matriz energética Colombia es una de las más limpias, específicamente mencionó que “nuestra electricidad viene de la generación hidroeléctrica, y por ser uno de los países que menos CO2 emite, también es uno de los veinte países más vulnerables al cambio climático”. Este último aspecto también se constituye en un reto que las políticas públicas deben asumir.
Los avances en energía renovables aún son mínimos y para Acipet se requieren inversiones por aproximadamente 1.800 millones de dólares para conseguir que el 10% de la matriz energética sea de renovables. “Sin embargo, seguramente se tomarán varias décadas antes de alcanzar que la matriz energética sea impactada de manera significativa por el uso de energías renovables, y durante este período la dependencia de los recursos fósiles seguirá siendo muy alta, quizás con un componente mayor del gas y una disminución del carbón”.