Tras la condena que le fue impuesta a Monsanto por un hombre estadounidense que aseguró que tenía cáncer dada la exposición al glifosato, un portavoz del grupo aléman Bayer, declaró que “basándose en pruebas científicas, evaluaciones reglamentarias a escala mundial y décadas de experiencia práctica del uso del glifosato, Bayer estima que el químico es seguro y no cancerígeno”.
Específicamente fue el herbicida Roundup, con el cual el jardinero Dewayne Johnson demandó a Monsanto por un pago de 290 millones de dólares, que fue aprobado por un tribunal en San Francisco, pues en 2015 el glifosato fue clasificado como “cancerígeno probable” por la Organización Mundial de la Salud, y la compañía no advierte sus riesgos.
El ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, dijo “lo que le puedo afirmar en este momento es que la mejor política de salud pública en cualquier país es aquella que surge de la mejor evidencia disponible y lo que le compromete al Ministerio de Salud en todo momento, en este y en cualquier otro tema, es buscar la mejor evidencia científica que se encuentre en ese momento para enfrentar cualquiera de los retos que nuestra población tiene en materia de salud”.
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