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El desarrollo de una vacuna contra el coronavirus se ha convertido en la prioridad de científicos y empresas farmacéuticas a nivel mundial, quienes tienen una carrera contra el reloj, no solo porque el virus avanza rápidamente cobrando la vida de miles de personas por día, sino porque el proceso de desarrollo de una vacuna suele tardar varios años, y ahorrar tiempo en la ejecución y validación de pruebas en humanos podría condicionar el éxito de los resultados. A pesar de esto, se comenta en la industria que la primera vacuna podría estar disponible este mismo año.
Richard Hatchett, titular de la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (Cepi), patrocinadora de 9 diferentes proyectos para la búsqueda de la vacuna, que inicialmente había declarado viable la obtención de una cura en un periodo de 12 a 18 meses, declaró que existe la posibilidad de tenerla incluso antes, aprovechando las sinergias logradas entre las diferentes empresas y la rápida inscripción de voluntarios para pruebas en humanos. Sin embargo, algunos expertos piden precaución, pues el periodo de 12 a 18 meses ya es ambicioso, y parte de la aceleración del proceso se debe a la utilización de nuevas tecnologías que no han probado su eficacia en humanos, lo que podría conducir a malos resultados.
