Imagen: by Daniela Simona Temneanu from Noun Project
El negocio de la producción de carne de res, en términos prácticos, se basa en transformar algo que la gente no puede comer (el pasto), en algo que si puede ser digerido por los humanos (la proteína de res); y este proceso es posible gracias a que el ganado vacuno tiene un estomago de varias cámaras donde los microbios fermentan el pasto y lo hacen digerible. Sin embargo, en este proceso de fermentación se produce metano, que es un gas que produce calentamiento en el planeta, y en una economía como la estadounidense, que cuenta con 95 millones de cabezas de ganado, se estima que la actividad ganadera genera el 2% de las emisiones del país.
Esta situación ha llevado a que investigadores trabajen en la forma de reducir las emisiones que se generan en el proceso de fermentación mediante la búsqueda de dietas alternativas para el ganado. Por otro lado, los vacunos también generan emisiones en sus desechos, las cuales también contienen metano y otro gas asociado al efecto invernadero: el óxido nitroso, frente a lo cual se trabaja en la búsqueda de mejores alternativas para una mejor manipulación y almacenamiento del estiércol.