Según el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, entre agosto y septiembre en el país fueron cerradas 26 plantas de sacrificio animal, 20 de bovinos y 6 de porcinos. No se cuentan hasta el momento ninguna destinada al sacrificio de aves. La medida hace parte de la nueva regulación estipulada en el Decreto 1500 que obliga a los diferentes mataderos y frigoríficos del país a implementar las reglas de sanidad apropiadas para la comercialización y distribución de carne.
La medida que entró en vigencia desde hace dos meses ha dado resultados, especialmente en la región de Santander donde se han cerrado cinco plantas de sacrificio animal, seguido de Boyacá con tres, de a dos en Valle del Cauca, Cundinamarca y la Guajira, y de a una en Atlántico, Nariño, Huila y el Tolima.
La medida no sólo busca establecer control sanitario, sino también jurídico, aseguraron expertos del sector. A mediados de año en el país se registraron 642 mataderos de todas las especies, algunos sin ningún tipo de registro y acondicionados para el sacrificio ilegal e informal. La intención es que al finalizar el año queden 155 plantas de bovinos y bufalinos, 67 de porcinos y 105 de aves, distribuidos estratégicamente de forma que no se afecte el abastecimiento de los consumidores en las diferentes áreas del país.