El mercado colombiano de acero enfrenta desafíos, así lo señaló David Barros, director ejecutivo de la Cámara Colombiana del Acero (Camacero). La desaceleración económica del año pasado, atribuida a las altas tasas de interés y la inflación, impactó negativamente en la industria siderúrgica, con una disminución del 8% en el consumo de acero, especialmente en las ventas de viviendas de interés social (VIS), según el diario La República.
La construcción, motor clave del consumo de acero, experimentó una reducción, afectando a todos los materiales de construcción. Sin embargo, Barros sugiere que una asignación eficiente de subsidios por parte del gobierno podría estimular nuevamente la construcción y, por ende, la demanda de acero. Las altas tasas de interés y la inflación también influyen en la demanda interna de acero en Colombia, pero los precios del acero se han estabilizado recientemente. El dirigente espera que esto contribuya a la ejecución de proyectos de infraestructura, particularmente en el sector de vivienda de interés social.
En cuanto a las perspectivas de producción para este año, Barros espera que una posible disminución en las tasas de interés aumente la demanda de acero, aunque actualmente no se observa una tendencia a la baja. Colombia es un mercado deficitario en términos de acero, importando entre el 40% y el 50% de su consumo nacional aparente.
Las preocupaciones sobre las importaciones de acero desde China y Rusia son válidas, ya que podrían afectar negativamente a la industria local. La posible imposición de aranceles más altos podría proteger a las empresas locales, pero también podría llevar a la desaparición de algunas de ellas.
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