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Al cierre del año pasado una onza de paladio se cotizaba cerca de los 2.000 dólares, reflejando un incremento de más de 50% en relación a su precio de comienzos de 2019 y aproximadamente 350 dólares por encima del valor de una onza de oro. Este relevante crecimiento se atribuye a que el metal se ha convertido en un insumo clave para la industria automotriz debido a las mayores restricciones en cuanto a las emisiones y, precisamente, el paladio es empleado en los catalizadores de los vehículos a gasolina e híbridos. Se estima que el 85% de la producción de este material se destina a los sistemas de escape de los automóviles donde ayuda a reducir la emisión de contaminantes tóxicos. El resto de la producción se destina a la fabricación de componentes electrónicos y piezas de odontología.
Iniciando esta semana el paladio volvió a tocar récords como consecuencia de la incertidumbre sobre el suministro. En las últimas dos semanas el precio del metal ha repuntado 25% ubicándose por encima de los 2.500 dólares la onza. Según el portal El CEO, “la escalada en los precios de este activo de refugio se debe a que la demanda de paladio supera la oferta. Dado que es principalmente obtenido como un producto secundario de la extracción de platino y níquel, los mineros tienen menos flexibilidad para aumentar la producción de paladio en respuesta al aumento de los precios”. Actualmente Rusia y Sudáfrica son los grandes productores del metal y controlan casi el 80% de la industria.
